Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

¿Delante de los grises?

Un listísimo comentarista me escribe desde el anonimato lo siguiente, en relación con mi último artículo sobre la policía (está publicado en los comentarios):

¿Delante de los grises?, ¿usted?, no me haga reír.Usted, como tantos otros en este bendito país, se inventa y reescribe su biografía.Resulta ridículo,patético y bochornoso.

Tiene pinta de ser otro de esos que no se han enterado que aquí hubo una dictadura fascista que perseguía a los ciudadanos por la menor cosa.

Yo, como tantos otros, corrí bastantes veces delante de los grises porque estaba prohibido manifestarse para reclamar libertades políticas y derechos sociales, y si no lo hice más fue por el miedo que me daba que me pegaran o que perdiera la beca, esa es la pura verdad.

24 comentarios

Juanita 20 de noviembre de 2012 at 13:39

jajaja esos son desocupados, estimado Juan. Aunque no hay que subestimarlos, tampoco se les puede dar importancia.

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Cuentista 20 de noviembre de 2012 at 14:04

Pobres grises, no daban para tanta gente que dice ahora que corrió delante de ellos.Hay gente que corre desde su casa o , como en este caso, sentado en el pupitre.Mire, en Granada nos conocemos todos y en esa época la población universitaria era bien escasa. ¿Para reclamar derechos sociales?, y lo dice uno que estudió con beca.Si es que…..

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Xabier 20 de noviembre de 2012 at 16:47

Pues sí. Siga defendiendo las libertades y atacando a la injusticia social y económica. Gente como usted es la que necesitamos en un país que carece de democracia ( real, formal ya la tenemos ). Usted podía estar sentado cómodamente en su cátedra y opta por el compromiso: enhorabuena!.

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Xabier 20 de noviembre de 2012 at 16:51

Enhorabuena por sus comentarios, siempre ajustados a la realidad. Reconforta encontrase economistas que atacan la injusticia social y económica, es decir, que atacan al neoliberalismo.

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Andonitxu 20 de noviembre de 2012 at 17:07

En Granada no sé, pero en Euskadi había unos «grises» que se distinguían por llevar un pañuelo rojo anudado al cuello y por la cuenta que te tenía ya podías correr, ya….
(Dicen que estos del pañuelito rojo en realidad eran legionarios que se habían pasado a la polí para cobrar más pasta)

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marcos 20 de noviembre de 2012 at 20:23

Juan, de tipos tan listos está la red llena; lo mejor la indiferencia, que sigue siendo el mejor de los desprecios.

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Mireya 20 de noviembre de 2012 at 21:28

Pues yo corría que me las pelaba y sin ningún miedo durante la transición, claro, tenía 12, 13 años y no era consciente del peligro. En la Plaza de la Virgen de Valencia nos reuníamos miles de jóvenes, del PC, de MC, de ORT, de LCR, OIC, Falange Auténtica (sí, sí) y los fascistas, que a veces nos enseñaban pistola y todo. También andaban por allí los de la Brigada Político Social, que a veces amenazaban.
Nunca tuve miedo. Ahora trabajo, tengo hipoteca, soy madre y tengo miedo de arriesgarme demasiado, aunque no dejaré de luchar. Son los jóvenes a los que les toca arriesgarse un poco más, eso sí, sin poner en peligro su vida o integridad física. Y los demás seguiremos cabreándonos porque si todo sigue igual, sin duda que perderé el miedo y correré delante de los antidisturbios como si tuviera 15 años.
Por cierto que en Valencia los estudiantes están muy activos (orgullo) Miren: http://assembleabbaaupv.wordpress.com/2012/11/12/okupacio-d%C2%B4agricoles-ca-la-vaga/

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Ángel 21 de noviembre de 2012 at 10:02

«Atrapados en azul», de Ismael Serrano.
http://www.youtube.com/watch?v=cIqI0sevgFg

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MARGA 21 de noviembre de 2012 at 12:06

Que los fantasmas no existen? Solo que no todo el mundo los ve. Llamese Tingo o Mingo, en un pais estan: los que tienen o los que no tienen. Cuando Franco los universitarios, en su mayoria no eran hijos de exiliados, ni marginados por no ser adeptos al regimen, todo lo contrario. Cuando Franco, no viviamos en un estado de Derecho. La Constitucion Española, llega pasada el franquismo. Los politicos viviendo de P.M. y el pueblo sin Derechos, porque la Constitucion es una mentira que no sirve para nada. Lo cuentan muy bien los miles de afectados que se quedan sin techo, sin trabajo y sin esperanzas

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Dan 21 de noviembre de 2012 at 12:28

Que me pregunten a mi, que estaba en la Complutense en el 68. Y con perdón recibimos hostias hasta en el carnet de identidad y a la menor pasaban «unas vacaciones pagadas» en Carabanchel. Ese señor, o señora, no sabe nada, o sabe mucho. Tergiversa la historia como Pío Moa

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Jesús Navas 21 de noviembre de 2012 at 12:31

Yo también corrí delante de los grises. Y, como le ocurrió a Juan Torres, mi miedo a no perder la beca no me impidió luchar por la libertad y por una sociedad más justa. Estudié becado el bachillerato en una universidad laboral y mantuve la beca en la Universidad. Recibir una beca no tenía por qué hipotecar mi pensamiento, ni tenía yo por qué callarme ante las injusticias sociales y la falta de libertad. Siempre fui consciente de que poder estudiar no era un «regalo» que me hiciera el régimen, sino un derecho que debía extenderse a todas las capas sociales.
Y en aquellos años mataban a gente desconocida y también a conocidos. Serafín Holgado fue estudiante de Derecho en Salamanca y murió asesinado en el despacho laboralista de Atocha.
Después de creer ilusamente que aquellos años habían pasado para siempre en este país, uno se encuentra ahora otra vez con la muerte. Porque no cabe duda de que someter a una persona a la tensión insoportable de perder su vivienda, ese espacio que seguramente le ayudaba a definirse y le servía de refugio, y ponerla en la tesitura del suicidio, es una forma de «asesinarla».

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rafa 21 de noviembre de 2012 at 16:10

La policía se ha convertido en el instrumento represor al mando del político de turno y, que actuando junto con un cierto poder de la información transmiten a la sociedad el pánico de que lo que pasa y está pasando en esas horas huelguistas es malo, muy malo y por eso ellos tienen que actuar, para defender otro derecho ciudadano situado, a la vista del empeño en querer conseguirlo, muy por encima de otros derechos. Además, gran parte del infame trabajo a que se dedican, lo hacen bajo el influjo de una rabia, un ansia de provocar maldad y dolor, propio de personas trastornadas con las que es imposible convivir fuera de sus horas laborales, puesto que pegar como pegan algunos, persiguiendo a quien saben inocente con la porra en la mano amenazante levantada y lanzando un brutal golpe, de los que se dice: “con todas sus fuerzas” es totalmente incompatible con la serena vida de un padre de familia que lleve a sus hijos al cine. Solo desearía que fuese uno de sus hijos, quien hubiese ido a la manifestación, quien se enfrentara cara a cara con él.

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José Manuel Sánchez 21 de noviembre de 2012 at 17:11

Admirado compañero, no hagas caso de comentarios como este, yo ya los tengo catalogados como los de unos cobardes que ante su cobardía para enfrentarse a ningún poder, se intentan justificar tratando de ofender a quienes saben son mejores y que ellos, su cobardía les impide comprender la solidaridad. En concreto: son unos cobardes envidiosos. No les mostremos mas que nuestro desprecio.
Abrazos fraternales.

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Antonio Madariaga 21 de noviembre de 2012 at 17:30

Hola Juan.
No merece la pena responder a este tipo de personas. Si todos los españoles de hoy pudieran ver, oir o vivir el estado de excepción, (terror) de 1975, no habria lugar a dudas o a justificar el pasado. Hay que seguir trabajando para desmontar las politicas neoliberales que nos asolan. La historia de España está bien guardada en la caja fuerte de los bancos.

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José Miguel 21 de noviembre de 2012 at 18:49

Siempre se cuela algún fascista en nuestra web.Esta más despistado que un pulpo en un garaje.Que se busque otra donde se elogie a su Caudillo.
Un abrazo solidario.

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Alberto Enrique 21 de noviembre de 2012 at 19:02

Malamente vamos si se pierde la memoria.Entré en la Universidad de Valencia en el 67,formaba parte de ese 1% de alumnos,hijos de la clase obrera,que tuvieron la suerte de estudiar una carrera.Tuve que trabajar dando clases en las Academias Corbí y Valencia para costear mis estudios.Corrí delante de los grises muchas veces por pedir libertad y democracia y fuí de los menos castigados,solamente me quitaron el pasaporte en el 73 y no pude salir de España hasta el 79.A muchos de mis compañeros los torturaron,si habeis leido bien LOS TORTURARON,esa España existió y funcionaba como un cuartel al mando de un general estrafalario y fascista.¿Se puede olvidar ese pasado?,yo digo que no se puede olvidar ni perdonar.Ahora dicen,algunos,que la llamada Transición fué un modelo político a exportar pero yo opino que fué un desatre,siguieron mandando los mismos perros con distintos collares,los funcionarios represores siguieron en sus puestos,ningún torturador fué a la carcel.En definitiva…………..que no falseen la Hª Juan y sigue denunciando estas cosas,ahí les duele.Gracias por tu compromiso por el logro de una sociedad más justa y solidaria,los economistas tenemos un deber que es señalar quienes son los culpables de esta crisis y no nos van a tapar la boca como ya ocurrió en tiempos pasados.

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marianne 21 de noviembre de 2012 at 20:44

Lo que yo puedo aportar a la discusión es que me encontré de viaje en Sevilla el 14N. Y allí me sorprendió la actuación de la policía. Para empezar había pocos y situados discretamente en puntos neurálgicos. Iban vestidos con uniforme normal y se les veía relajados. No creo que haya habido infiltrados, y de hecho no hubo incidentes, a pesar de la multitud de manifestantes, incluso por la tarde, cuando rodearon el Parlamento. Testigo estas fotos, publicadas por el Diario de Sevilla, donde evidentemente no hubo más banderas que las de CCOO y UGT, cuando yo vi muchísimas del SAT y de la CGT….
http://www.diariodesevilla.es/sevilla/article/galeria/1398132/la/manifestacion/la/huelga/general/n/imagenes.html

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Anónimo 21 de noviembre de 2012 at 20:50

Me da igual si corrió o no delante de los grises, lo que me impora y respeto es que lo considero un tio honesto que me ayuda a enterder lo que la propaganda oficial y los exabrupto de los resentidos no quieren que entienda. Palabra de un sexagenario que a los diez años cambió la cartilla por la espihocha.

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Armando 22 de noviembre de 2012 at 20:50

Comencé a estudiar Económicas en la Complutense en 1962, todavía en la calle San Bernardo (centro de Madrid). Ésta Facultad, junto con Derecho y Filosofía, eran las preferidas por los «grises». Aunque algún anónimo interesado diga lo contrario, yo, y otros de los comentaristas anteriores, sí corrimos delante de los «grises».
Y teníamos que tener cuidado con los componentes de «la brigada social» que se infiltraban entre los estudiantes, para «detectar» a los rojos (rojos eran todos los que no eran adictos al régimen). Y … … ¡para que seguir!.
Y también tuve la suerte de tener como profesor a José Luis Sampedro y escucharle de viva voz «lo de la calcopirita», que relatas en tu último libro «Los amos del Mundo». Estoy en la mitad de su lectura y, desde aquí lo recomiendo. Es un estudio completísimo sobre el poder real en el mundo. Además es muy asequible para todo el mundo.
Un saludo

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Lluis 22 de noviembre de 2012 at 22:02

Señor López, yo no se si usted realmente corrió o no delante de los grises. Yo no había nacido. Pero al cuentista este no hay que dedicarle una entrada. La respuesta de esta persona es pura necedad. Me explico: Dice el tipo, en tono de mofa ‘¿Para reclamar derechos sociales? y lo dice uno que estudió con beca.’
Fíjese que solo esa frase ya delata ignorancia. Como si estudiar con beca fuese un privilegio de ricos o enchufados. Pues resulta que las becas para estudiar son precisamente los derechos sociales que usted defendió. ¿Acaso podría usted haber seguido estudiando sin esas becas?
Y no parece que se haya molestado mucho en investigar su caso. Le basta con destacar que en aquella época había pocos universitarios y que en Granada se conoce todo el mundo. No se si es cierto. Lo que sí se es que, cierto o no, nada tiene que ver con que usted corriera o no delante de los grises. ¿Qué prueba eso?
El consejo que le doy: gaste su tiempo en los comentarios que muestran conocimiento, crítica, razón… le critiquen o le apoyen. Pero no con el primero que suelta lo que piensa sin haber ni reflexionado (le critique o le apoye).
Un saludo y a seguir luchando profesor!!

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José Antonio 24 de noviembre de 2012 at 09:18

Aunque Juan no necesita defensa, y menos ante la descalificación que hace el 2º comentario, doy fe de que Juan corrió en las manifestacines delante de los grises: Conmigo y con muchos otros compañeros de Málaga (no Granada) que fue donde estudió Juan.

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Beimler 24 de noviembre de 2012 at 18:04

Como todos,profesor,si no corrimos más fue por el miedo y el deseo de seguir viviendo todavía un poco más.¿Pero sabe qué le digo? que grises y azules son lo mismo.De democracia nada,hay unas libertades,sí,pero siempre precarias,y cuando el sistema se siente amenazado se quitan la máscara.De gobierno del pueblo,o sea democracia,nada de nada.Si los policías se manifiestan,que se manifiesten,me es completamente indiferente.Si quieren que simpatizemos con ellos,que rompan abiertamente con los antidisturbios mientras éstos no se nieguen a apalear al pueblo.

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Mancuso 25 de noviembre de 2012 at 11:43

Bien, Juan, ya sabemos que ha corrido delante de los grises. Ahora sería bueno que PIENSE cuando no habla de economía. Repetir viejos tópicos de la izquierda como dogma no es pensar. Claro que habrá incondicionales que le aplaudan. Si es eso lo que busca enhorabuena.
Es un principio muy básico para juzgar comportamientos ajenos situarse en sus circunstancias Juan, y usted, no lo hace ni creo que tenga intención alguna de hacerlo. No vaya a ser que PENSAR destruya su andamiaje ideológico que eso es muy duro. Mejor la visión simple de la realidad, la clasificación binaria ¿le suena? «o están conmigo o contra mi», las dos caras de la misma moneda. Dos polos opuestos que tanto se parecen.
¿Cuando nos va a hablar de la maravillosa e insobornable policía venezolana? Eso si que daría mucho juego. Pena que no está por la labor.

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mancuso 25 de noviembre de 2012 at 23:40

Quiero pedirle disculpas publicamente Juan, no había leído totalmente el artículo.
Un saludo.

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