Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Dignidad en marcha contra la ignominia

Publicado en Público.es el 25 de marzo de 2014 con Carlos Martínez, presidente de ATTAC Andalucía

Las Marchas de la dignidad que ha congregado a más de un millón de personas en Madrid el pasado fin de semana suponen un antes y un después que a nadie puede dejar indiferente.

Por mucho que quiera disimularlo el gobierno del PP, que una vez más recurre a la mentira como arma política al vincular la marcha a los incidentes violentos que su propia torpeza policial ha causado, la movilización ha sido una expresión plural y democrática del rechazo que concitan las políticas que se están aplicando en los últimos años.
Los hechos son indiscutibles: de la mano de las reformas puestas en marcha por Zapatero desde que se rindió ante la Troika y más tarde por Rajoy, España es el país europeo donde más crecido la desigualdad y donde más se ha concentrado la renta en los grupos ya de por sí más ricos. Las reformas financieras, la laboral y los recortes sucesivos en gasto social, lejos de mejorar la situación económica han provocado más paro, más deuda, más cierre de empresas y más pobreza y sufrimiento en millones de personas. Han permitido recuperar el beneficio de las grandes empresas y el de los bancos pero desde cualquier otro punto de vista son un completo desastre, no solo económico sino político y social, porque también están significando un desmantelamiento de la ya de por sí limitada democracia y un incremento de las brechas sociales de todo tipo.

Es así porque, como muchos venimos denunciando ya desde 2007 que podría pasar, la crisis se ha convertido en una simple excusa para llevar a cabo las políticas de concentración de poder y riqueza que hasta entonces no se habían atrevido o no habían podido aplicar las élites.

Pero una respuesta tan gigantesca como la del sábado pasado en Madrid indica que cientos de miles de personas se han puesto ya definitivamente en pie para acabar con todo esto y para evitar que se siga produciendo la ignominia. Porque no puede ser que se sigan dando privilegios a los banqueros que han provocado la crisis en lugar de hacerles pagar por sus responsabilidades. Porque no hay derecho a que paguemos miles de millones en intereses de una deuda ilegítima y que no haya después lo suficiente para hacer frente a los gastos que requiere la economía y las estructuras esenciales de bienestar social. Porque no hay derecho a que las grandes fortunas y empresas sigan defraudando y apenas paguen impuestos mientras que se saquea a las rentas más bajas. Porque no hay derecho a que la justicia ampare a los corruptos ni a que se indulte por doquier a los pocos que no tiene más remedio que condenar. Porque no hay derecho a que se nos impongan desde fuera, sin que podamos decidir por nosotros mismos, políticas que está a la vista que solo crean más paro, más deuda y menos capacidad de generar riqueza sostenible y respetuosa con nuestro planeta con el único beneficio de enriquecer a unos pocos. Porque no hay derecho que hayan desahuciado de sus viviendas a docenas de miles de personas por deberle unos cientos de euros a los bancos que nos han robado miles de millones y que ahora se pongan a la venta a precios de saldo para que se forren los fondos buitre y especulativos.

Por eso, la Marcha que el sábado ocupó Madrid ni es el final ni es la respuesta de unas cuantas fuerzas o corrientes políticas.

La Dignidad que la ha impulsado es el comienzo de nuevas marchas que van a culminar sin remedio en la única solución que tiene España: paralizarlo todo para paralizar estas políticas tramposas, antidemocráticas, injustas y fracasadas. Y, por supuesto, esto no lo va a conseguir ni un partido ni unos cuantos, ni algunos sindicatos y ni siquiera personas, por muchos millones que sean, de una única sensibilidad social o corriente política. Detrás de la Dignidad que mueve estas marchas hay y deben estar personas decentes de todas las corrientes e ideologías (y también, claro está, las organizaciones de todo tipo que anteponen esos sentimientos a cualquier otro interés propio) que simplemente quieren cosas tan elementales como que no se impongan medidas injustas sin debate social, que se encierre a los ladrones y que los jueces corruptos se vayan con ellos, que los gobiernos den cuentas de lo que hacen y que el dinero de todos no vaya solo a los de arriba, como viene pasando siempre, sino que se facilite con él, de la forma más transparente posible y previa la contribución de todas las personas, la creación de riqueza, el empleo y el cuidado de los seres humanos y de la naturaleza.

Aunque una parte importante de quienes fueron en Marcha a Madrid ya han vuelto a sus lugares de origen, sabemos que la inmensa mayoría seguirá trabajando y difundiendo la denuncia de lo que está pasando y la convicción de que no se podrá acabar con ello sin la movilización de la gente en las calles, en sus centros de trabajo, en las manifestaciones y más tarde, cuanto toque, en las elecciones, para echar cuanto antes de las instituciones a quienes han aplicado y aplican las políticas que denunciamos.

Hoy día ya no se disimula que la Troika y los grandes poderes financieros y empresariales desean y están buscando por todos los medios que el próximo gobierno sea de consenso entre el PP y el PSOE. Otra componenda para tratar de vencer las resistencias que saben que irán a más frente a las medidas que quedan por aplicar y ante los efectos cada día más graves y evidentes de las que se han tomado hasta ahora.

Es fácil aventurar el efecto que tendrían un gobierno de ese tipo, a la vista de lo que han sido capaces de hacer cada uno por separado desde mayo de 2010 hasta la fecha, y por eso es imprescindible que el espíritu y la forma de hacer de las Marchas se extienda por toda la sociedad, haciendo lo imposible para se acerquen a ellas todas las personas que con independencia de su origen, su ideología o su sensibilidad política sienten vergüenza por lo que viene ocurriendo en España y no están dispuestas a consentir más injusticia, más corrupción, más privilegios para los de arriba y más mano dura para los de abajo.

El sábado, un clamor de dignidad protagonizado por miles y miles de personas inundó Madrid, un clamor que se debería extender a partir de ahora por toda nuestra geografía, pacífica, democrática y alegremente hasta paralizarlo todo para que todo el mundo exprese su rechazo a tanto engaño y tanta injusticia e incluso incompetencia. Paralizarlo todo para paralizar la ignominia: no hay otro camino posible para abrir una necesaria brecha en el bloque gobernante que es el auténtico responsable de lo que está ocurriendo en España.

9 comentarios

KARATEKA 26 de marzo de 2014 at 11:53

Estoy de acuerdo con lo que se expone, creo que esa es la situación. Sin embargo, me temo que la aglutinación masiva del personal, independientemente de la posición política de cada uno va a ser difícil, principalmente por dos factores: 1) Hay un déficit evidente en la izquierda para comunicar y difundir superando la barrera ideológica. 2)Es muy potente el aparato mediático en favor de la polarización, alimentando y magnificando los miedos ciudadanos o recurriendo demagógicamente al «la violencia no tiene cabida en el estado de derecho» cuando sistemáticamente se vienen conculcando los derechos ciudadanos por el gobierno y otras estructuras del Estado. Por otro lado, tampoco hace falta que desde la UE se intente apuntalar el bipartidismo español, ya son conscientes ellos mismos, PP y PSOE, que su supervivencia está en juego y por tanto el apoyo mútuo será una consecuencia irremediable. Y por último, entre otras, queda una carta importante que el gobierno puede jugar como es, la suavización progresiva lenta, pero percibible, de las condiciones de precariedad de la ciudadanía.
En suma, a los españoles las fuerzas oligárquicas, feudales y capitalistas, nos han ganado por la mano una vez más, haciéndonos soportar un tratamiento de caballo en estos últimos años para, a continuación, vendernos la moto. Posiblemente el verdadero efecto de la gran concentración del 22M sea acelerar la puesta en marcha de esta estratégia. ¡Ojala no me equivoque, porque lo contrario será un horizonte bastante inquietante!
Salud,

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Mancuso 26 de marzo de 2014 at 16:49

La afluencia a la manifestación fue un éxito. Pero es poco representativa de la tendencia política en el conjunto de España. Eso es lo que nos dicen las encuestas que tienen, como sabemos, un margen de error bajo. En Venezuela las manifestaciones en contra del gobierno también son masivas, pero no mayoritarias.
La derecha seguramente lleva a cabo unas políticas que no favorecen al pueblo, pero es que la izquierda es tan mala que son muchos los que prefieren un malo conocido que un bueno por conocer. Tristemente cuando pienso en la izquierda me viene a la cabeza la palabra violencia. También me vienen ciertos «medios de comunicación» que parece una mala réplica de El Jueves. Porque una casa es ser críticos y otra es ocultar, sesgar, manipular abiertamente la información. Al final uno casi se alegra de que nos gobierne esta gente tan mala. Si unos no me gusta los otros me dan pánico ¿Se pregunta por qué en determinados blogs y periódicos casi todos los comentarios son favorables? ¿No le parece raro que luego esa unanimidad no se corresponda con los resultados electorales?

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Euplinio 27 de marzo de 2014 at 09:24

Bien sr. Torres. Comparto. «El sábado, un clamor de dignidad protagonizado por miles y miles de personas inundó Madrid, un clamor que se debería extender a partir de ahora por toda nuestra geografía, pacífica, democrática y alegremente hasta paralizarlo todo para que todo el mundo exprese su rechazo a tanto engaño y tanta injusticia e incluso incompetencia.»
Ojalá se cumpliese esta frase. Aunque me temo que la «mayoría silenciosa», que, a pesar de todo, sigue siendo mayoría y sigue mirando por lo suyo, esperando que los demás les saquen las castañas del fuego. Cuando quieran reaccionar, quizás ya sea demasiado tarde, para ella y para sus familias…
Interesante reflexión la de Karateka. El instinto de supervivencia opera a todos los niveles y el político (o ego-partidista) no iba a ser menos.

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Lucas 27 de marzo de 2014 at 12:16

Es ya el colmo de la estulticia, de la idiocia y de la bajeza moral pensar y escribir que los incidentes violentos del otro día fueron causados por la torpeza policial.¿Cómo se puede ser tan lerdo y tan simplón para llegar a esa conclusión?.Cómo se puede ser tan gilipollas?.Sobre todo cuando el que sostiene ese planteamiento sabe perfectamente que hay individuos que vienen de casa pertrechados de todo material bélico para ser utilizado contra la policía, cuando esconden sus caras con capuchas y bufandas y no van a cara descubierta, cuando su único fin es «montarla», cuando son especímenes carentes de cerebro y de ideología, cuando lo único que demuestran es su frustración contra todo y todos, cuando demuestran ser carne de horca, cuando siempre son los mismos.Es miserable echar la culpa a los que se ocupan del orden en las manifestaciones.

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Mancuso 27 de marzo de 2014 at 13:04

@Lucas
Así es, pero lo hacen. Y cuando les critican lo hacen muy bajito, lo justito para salvar las verguenzas. Pero no nos equivoquemos, estos lodos vienen de algún lado.
Y yo si que conozco a este tipo de personajes que describes y son tal y como indicas. Y sabes que es lo que me cabrea? Que al tiempo que te tiran una piedra te llaman violento. Que al tiempo que hablan de libertades organizan contramanifestaciones cuando los que se manifiestan no piensan como ellos y, ¿sabes que hacen determinados partidos cuando colocan bombas o causan destrozos? Pues decir que esos actos son comprensibles y que son meros medios de mostrar indignación. Y claro, los monstruos a veces crecen demasiado y luego ya se sabe. Ahora queda preguntarse quien les alimenta. Es una interesante reflexión.

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dialogos 27 de marzo de 2014 at 16:39

Lucas, ten un poco de respeto a las opiniones de Juan. Yo soy policía y reconozco que la actuación fue un desastre. ¿Que hacian ese grupo de antidisturbios aislado? ¿Por que no recibieron los refuerzos solicitados? etc. Guardate los insultos e intenta ser más respetuoso con los que no piensan como tu·

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Alfonso Casas 27 de marzo de 2014 at 19:40

Seguimos pensando, como quieren los poderes fácticos que pensemos, izquierdas derechas…estas dos fuerzas han desaparecido como desapareció el muro de Berlín.
España por historia, es un país de derechas, para ello nos han educado siempre así, y los programas educativos siempre son iguales hechos por políticos de derechas, hay que educar para pensar, no para obedecer.
En cuanto a los violentos, desde épocas remotas sabemos quien alimenta a estos violentos, y incluso la policía se mezcla entre ellos, alimentando el neoliberalismo mas radical, y hemos visto los videos de medios encapuchados ayudando a la policía a detener a otros, mis respeto a los policías que apoyan a la sociedad pero siempre estaré en contra de esa policía que da palos a todo lo que se mueve, y también me pregunto, que hacía ese grupo de policías en esa posición, ¿acaso le ordenaron avanzar, para crear algún mártir y provocar una masacre, esto último ya se ve venir?

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José 27 de marzo de 2014 at 19:41

Sí, eso, ¿ quién alimenta a esos ultras?. Me viene a la cabeza las Brigadas Rojas italianas, que surgían cada vez que el PCI parecía con opciones de ganar democráticamente las elecciones. O aquí, en España. con el famoso Grapo, siempre dispuesto a joder a los demócratas. ¿ Quién o quienes manejan a esos cabezas huecas que se creen revolucionarios jodiendo las manifestaciones?

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Antonio Gonzalez 27 de marzo de 2014 at 20:25

Es lo curioso, ya no se intenta ocultar nada.
En su larga decandencia el sistema intenta
imponerse con la fuerza y el temor porque
no existe otra formula, ya se agoto.
Lo del sábado fue una muestra de que los
pueblos reaccionan y que lucharan por sus
derechos a la vida y la dignidad.

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