Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

El Obispo y el género: ¿incultura o maldad?

Unas recientes declaraciones del Obispo de Córdoba sobre lo que llama «ideología de género» vuelven a poner sobre la mesa las ganas de confundir y la deriva totalitaria de buena parte de la jerarquía católica, empeñada, como en viejos tiempo, en ver enemigos de Dios y de la Iglesia en donde simplemente hay diferencias sobre la naturaleza de los seres humanos que todos deberíamos contemplar con generosidad y respeto.

El Obispo parte de tener una idea bastante errónea sobre el uso que se hace mayoritariamente del concepto de género y tergiversa algunas cuestiones esenciales. Por ejemplo, cuando utiliza una frase de Simone de Beauvoir («Mujer no se nace, sino que se hace») para decir que eso significa afirmar «que el sexo es aquello que uno decide ser», algo que me parece evidente que Beauvoir nunca quiso decir.

Ser feminista o defender la utilización del concepto de género no significa confundir a éste último con sexo (como hace el Obispo) sino todo lo contrario. Precisamente, lo que se trata de poner de relieve cuando se habla de género es que hay diferencias (la mayoría de ellas) entre mujeres y hombres que NO son las consustanciales o intrínsecas al hecho de ser cada uno de ellos de sexo o condición biológica diferente.

Al reconocer esas diferencias se percibe claramente que, no siendo biológicas, tienen su origen en razones distintas a las que podrían derivarse de la mera diferencia sexual. O lo que es lo mismo, que proceden de factores culturales, ideológicos, políticos, de estereotipos, costumbres, prejuicios… que constituyen, en todo caso, una discriminación. Discriminación que debe rechazarse precisamente porque es impuesta, porque no responde a ninguna razón digamos natural y que, por tanto, supone perjuicios y daños para las mujeres, generalmente para ellas, aunque igualmente podrían darse al revés (otra cosas es que haya discriminaciones que no están justificadas ni siquiera cuando tengan un origen natural o vinculado a la mera diferencia sexual).

Por tanto, o es puro desconocimiento o es una maldad hacer creer que quienes defendemos el tener en cuenta estas diferencias o discriminaciones estamos poniendo en cuestión ningún tipo de orden natural. Y, por otro lado, es evidente que se puede defender el concepto o la perspectiva de análisis de género a la que acabo de hacer referencia (y que simplemente se orienta a tratar de descubrir discriminaciones de esa naturaleza cuando se lleva a cabo cualquier otro tipo de análisis de las personas o de la sociedad), si se desea o cree conveniente, con la idea de Dios, porque no hay incompatibilidad ninguna entre ello. Su utilización por muchos católicos y católicas que no ponen en cuestión sus creencias cuando lo hacen así lo prueba.

El Obispo identifica maliciosamente el feminismo y la lucha contra las diferencias de género con los planteamientos personales o políticos que tienen que ver con el reconocimiento de la propia identidad sexual. Podríamos hablar también de ello y sobre la postura que al respecto mantiene la Iglesia pero es que se trata de un asunto que no tiene nada que ver con el punto de partida ni con los planteamientos fundamentales del feminismo o del análisis de género. Se encuentran en planos distintos y el Obispo los mezcla, bien por ignorancia, bien por maldad, pero en cualquier caso confundiendo a quien lo oye. Defender o legalizar el matrimonio entre personas del mismo, o que cualquier persona pueda vivir libremente la condición sexual de la que se sienta portador puede ser todo lo discutible que se quiera pero no tiene nada que ver con el género (en el sentido al que acabo de aludir). Hay que ser muy inculto o muy mala persona para confundirlo y confundir así a la gente.

Para poder llegar más lejos en su crítica, el Obispo (como en general hace la jerarquía católica) generaliza y denomina «ideología de género»  a la suma de todas estas malas interpretaciones del pensamiento feminista y de los análisis de género. Hablar de una ideología de género es una simpleza inaceptable. O, mejor dicho, una falsedad, porque no es cierto que haya una ideología de género. Cualquiera que haya leído un poco, que se haya informado algo antes de hablar de estas cosas, sabe que hay perspectivas de análisis muy diferentes que toman como referencia las diferencias de genero.

También me parece una interpretación maliciosa afirmar que quienes defendemos el considerar las diferencias de género como algo que hay que combatir somos «enemigos de la familia».

En primer lugar, habría que decir que ya está bien de tanta defensa retórica de la familia por quienes menos han hecho por defenderla: basta comprobar que los países europeos que han tenido más influencia de la Iglesia Católica son aquellos en donde las políticas de ayuda a la familia, los recursos que se  ponen a sus disposición y la protección que se les presta es menor. Ya está bien de tanto cinismo.

Pero, en segundo lugar, esa afirmación resulta igualmente maliciosa porque lo que se trata de conseguir cuando se pone sobre la mesa y se trata de combatir la discriminación de género (insisto, las diferencias entre mujeres y hombres generadas por perjuicios, estereotipos, imposiciones… que generan daños y perjuicios a las mujeres) es, precisamente, que la familia funcione más armoniosamente, que haya un reparto más equitativo de las tareas, de los cuidados, que quienes formen parte de ella estén en mejores condiciones para amarse y hacerse felices. Lo que es algo contra natura y lo que impide que las familias sean un espacio que promueva la satisfacción mutua y la plena e integral realización personal de cada uno de sus miembros es justamente el que haya diferencias culturales injustificadas, estereotipos que hacen cargar a una de las partes con más tareas que a las demás, prejuicios que suponen un sacrificio inmenso para las mujeres, cuando se les obliga a vivir sin libertad y sojuzgadas. La aspiración igualitarista del feminismo (tal y como yo la entiendo) no es la que se dirige a imponer un equilibro conflictivo o forzado respecto a la condición natural más o menos distinta que podamos tener las personas de distinto sexo, sino justamente la que quiere respetarla, evitando que dicho equilibrio se establezca en función de criterios («las mujeres, la pata quebrada y en casa») que sí que son claramente contrarios a nuestra condición sexual natural. Y que, por cierto, durante muchos años ha promovido la Iglesia Católica.

El Obispo de Córdoba hace una identificación muy torticera de los planteamientos de género y del feminismo para identificarlos, como he mencionado más arriba, con los que tienen que ver con la percepción de la sexualidad de cada persona. Insisto en que no voy a tratar de ese tema (que es completamente distinto) pero sí quiero señalar el falseamiento que supone afirmar que según el feminismo «mi identidad sexual es una esclavitud de la que la persona tiene que liberarse». ¡Es todo lo contrario! Lo que defiende el feminismo (o la mayoría de los feminismos) es precisamente que los seres humanos tenemos el derecho a vivir nuestra identidad sexual de manera libre y sin las esclavitudes que conllevan las diferencias que se imponen a las personas (general y mayoritariamente a las mujeres) como consecuencia de factores que, como he dicho, no tiene que ver con las diferencias biológicas.

Con la vieja estrategia de construir enfrente a un enemigo para aglutinar así a las huestes propias, el Obispo de Córdoba recurre finalmente a denunciar odios donde no los hay: «La iglesia católica es odiada por los promotores de la ideología de género (…) que se va extendiendo implacablemente, incluso en las escuelas». Una apunte más en el martirologio que tan a menudo olvida las víctimas de uno mismo pero que no tiene fundamento alguno.  Yo creo que haría mejor el Obispo en no mezclar churras con merinas. Es natural que defienda sus principios religiosos y antropológicos, pero debería entender que los demás tienen también derecho a defenderlos. Y, sobre todo, debería hacer un esfuerzo por poner cada cosa en su plano respectivo, quizá informándose un poco más, con mejor voluntad y con menos sectarismo, antes de hablar de estas cosas. Así vería enfrente a menos enemigos y podría dialogar más fácil y útilmente con personas con las que estoy seguro que comparte muchas más problemáticas y soluciones de las que en apariencia hay. Lo peor que puede hacer alguien que se considera un pastor es confundir a sus ovejas y generar conflictos entre ellas donde quizá no existen.

Y, por último, no puedo resistirme y dejar de señalar que ha sido una pena que el obispado de Córdoba esté tan atento a las cuestiones sexuales de sus fieles y que no se haya preocupado tanto en años anteriores de las barbaridades que han cometido en la Caja de Ahorros de su propiedad los curas banqueros cordobeses que la dirigían y que nos han costado a los españoles muchos miles de millones de euros.

20 comentarios

isol 4 de enero de 2013 at 11:49

Hay una imagen que corre estos días por internet; se trata de una abuela venezolana esgrimiendo un cartel adonde se lee: «A mi nieta le gustan las mujeres. Supérenlo». A los curas como el del artículo hay que responderles con imperativos de urgencia y pasar de las preguntitas. Si alguien tiene un problema en que la sociedad evolucione mientras algunos están en en el varadero de la inopia es la misma iglesia, quien si sigue anclada en el retraso es porque le conviene. En vez de adorar la cruz deberían adorar el ancla. Un saludo.

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josemaher 4 de enero de 2013 at 17:00

El dichoso obispo sólo arrima el ascua a su sardina. Nada a objetar. El problema es cuando en sus circunloquios meten de rondón el derecho natural. ¿Sabían que hay unas 37 especies de peces que nacen unicamente hembras, y cuando es necesario se transforman en machos totalmente operativos? ¿Que la paternogénesis se da en anfibios, reptiles y plantas? En una palabra que los clones son un hecho totalmente natural. Según ellos obra de «Su Dios». ¿Que hay especies que son capaces de regenerar sus miembros perdidos?
Creo que a las cartas pastorales que ellos editan sólo hay que darles como crédito la indiferencia y el olvido. No se merecen otra cosa.
En cuanto a sus alegatos sobre el feminismo, conozco infinidad de casos, jóvenes y viejas, que lo único que les preocupa son los teñidos, depilaciones y demás zarandajas en vez de defender sus derechos y particularidad. La superficialidad es su única característica a destacar. Ya me gustaría encontrarme con una fémina que su preocupación no fuera la depilación. ¿O ese es un problema que les hemos insuflado los machos?

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RMPO 5 de enero de 2013 at 10:03

La Iglesia como la Monarquia, jamás han sido votadas por nadie. Són viejas y caducas instituciones heredadas del pasado y que nada tienen que ver con la democracia y los tiempos que corren.

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Rafael Chaves 5 de enero de 2013 at 11:00

La ‘ideología de género’ tiene muchas dimensiones.
Muchas son asumibles desde planteamientos de izquierda, otras, claramente no, siempre y cuando se identifique planteamiento de izquierda con una vocación de establecer la igualdad social.
Por ejemplo, este profesional de la Iglesia aborda unas dimensiones de ‘género’: la identidad sexual y las familias hetero-homo-sexuals, con unos planteamientos muy antagónicos a los planteamientos de izquierda.
Pero hay otras dimensiones de la ‘ideología de género’ que no aborda y que sí son un reto para los planteamientos de izquierda: los procesos de ruptura de pareja y la llamada violencia de ‘género’. Es asumible desde la izquierda que en este campo, el más importante de todos pues afecta a los valores fundamentales y a la propia dignididad de la persona se desprecie con tanta desfachatez precisamente ese planteamiento de igualdad social, entre este caso de género, en contra del hombre?
Reitero, curiosamente, en este campo, la izquierda calla.

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Jano 5 de enero de 2013 at 11:24

Buenos días:
Respecto de las «declaraciones» de este y otros como este, tres cositas:
1) A palabras necias oídos sordos
2) No entiendo que alguien sea tan estúpido como para tomar la condición de «oveja» pudiendo ser humano. Los humanos POR SU PROPIA CONDICION NATURAL tenemos comportamientos que poco o nada tienen que ver con lo que consideran «correcto» esos paranóicos y psicópatas que dirigen LAS RELIGIONES: ¡¡¡TODAS!!!
3) Si se tiene la necesidad de «hablar con dios» mejor por uno mismo. Los intermediarios solamente encarecen y corrompen la «mercancía».

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Victoriano 5 de enero de 2013 at 15:10

Una de las máximas que guían la actuación de la iglesia es marginar a sectores sociales para implementar su ideología. Las mujeres lo han sido históricamente y lo siguen siéndolo.
Les relataré unas de las vivencias de mi juventud que demuestra esa aseveración de marginación. En la iglesia de mi pueblo hasta quizás 1961, el cura disponía a los asistentes a misa de la siguiente manera: los hombres a la izquierda y las mujeres a la derecha. Los más ricos en primera fila, los menos ricos en medio y los jornaleros al final de píe (se les pagaban el jornal de la semana después de la misa). Hace un año me dijeron que en un pueblo de Burgos aún siguen esta practica.

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Luis Pons 5 de enero de 2013 at 17:30

La iglesia católica utiliza la demagogía para confundir a inocentes y seguir parasitando a la sociedad. Gallardón, el amparador de la tortura, ya utilizó, en el congreso, la misma técnica para presentar su propuesta de modificación de la ley del aborto. España, secularmente atrasada por la alianza iglesia-estado, sigue sufriendo la misma ominosa pinza. Pese a las previsiones constitucionales los ciudadanos seguimos padeciendo la presencia de crucificos y biblias en cámaras de diputados o en las tomas de posesión de políticos, funerales oficiales con obispo incluído, calendario de fiestas católicas, procesiones de idolos católicos con obispos y políticos, inclusión de esa religión en la educación pública y en la universidad y en los hospìtales, admoniciones obispales en prensa, radio y TVE y sobre todo, hemos de soportar un Concordato que asegura la financiación pública de una ideología cavernaría e irracional.
La teología que trataron de imponer como científica es ya hoy un cadáver, que Kant y Schopenhauer expulsaron de la filosofía, es decir de la busquéda de la verdad.
La iglesia que hoy se manifiesta en España es la de un ejército de vividores, aliados de los poderes económicos, que día a día hacen profesión de su odio a todo progreso.

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Beimler 5 de enero de 2013 at 17:44

El problema de algunos obispos es que están tan reprimidos que de vez en cuando se les va la olla.El celibato tendría que ser voluntario,evidentemente,para evitar que estos locos anden sueltos.

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Conchita Lloria 5 de enero de 2013 at 21:07

La jerarquía católica, empeñada, como en viejos tiempo, en ver enemigos de Dios y de la Iglesia en donde simplemente hay diferencias sobre la naturaleza de los seres humanos que todos deberíamos contemplar con generosidad y respeto.
Copio este rozo de tu escrito para añadir que al no ser biológicas las diferencias, son educacionales, y la iglesia es la que educo a su manera imponiendo su concepto de la vida a la fuerza.
Fue y sigue siendo una sociedad patriarcal, sin ningún tipo de respeto a las mujeres, queriendo hacernos creer que el papel de la mujer es el que dios ha querido darnos, en vez de decir, los muy cobardes, que es el papel al que nos han querido relegar para que su sociedad patriarcal funcionase.
A partir de este punto, sin libertad, ya no tienen nada bueno que decir, así que ni una palabra vale la pena consumir en tratar de desmontar su entramado patriarcal, solo nos queda, libremente irnos de ellos y educar nosotr@ a nuestros hijos, sacándoles de sus manos la educación real en valores democráticos
Conchita Lloria

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Anónimo 5 de enero de 2013 at 22:06

Sólo decir que por dios, la patria y el rey, se han cometido las mayores atrocidades de la historía.
La ciudadanía, hasta que no deje de ser hombre para ser persona, no cambiaremos, los griegos hicieron un intento, y fracasaron, y desde entonces, no se ha vuelto a escribir nada nuevo bajo el sol

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alfonso 5 de enero de 2013 at 22:16

Sólo decir que por dios, la patria, y el rey, se han cometido las mayores atrocidades contra la humanidad, y este individuo, pertenece a una de estas tres patas.
Desde la antigua Grecia que hizo el primer intento de democracia, hasta la fecha no se ha escrito nada nuevo bajo el sol,
queda dicho todo

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fonso 6 de enero de 2013 at 10:53

los curas y obispos deverian de ocuparse de sus compañeros de profesion para que no sigan abusando de menores y dejen en paz a las mujeres y hombres que son libres y no se deven a doctrinas inventadas por no se quien .son unos pajilleros nocturnos

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Euplinio 6 de enero de 2013 at 11:21

Contra estos trileros de sotana y para que no jueguen luego con los números estadísticos a la hora de justificar ciertas peticiones sociopolíticas: apostasía masiva.

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eduardo rod 6 de enero de 2013 at 12:01

Perfecto. El obispo parece que no ha leído el evangelio y no conoce la postura de Jesús de Nazaret sobre el tema.

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José Manuel 6 de enero de 2013 at 12:18

Para un debate sobre la ideología de género, feminismo y neofeminismo, copio enlace a un artículo del Catedrático de Filosofía del Derecho de la US, Francisco Contreras.
http://www.conoze.com/doc.php?doc=9087

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fernando 7 de enero de 2013 at 03:31

Sin quitar importancia a la secular manipulación ideológica de la iglesia,en estos momentos me parece sumamente urgente dilucidar la complicidad que tiene la iglesia en la estafa económica que estamos viviendo.
Hace unas semanas me sorprendió oir al papa los capotes que le mandó a Mario Monti para que continuara al frente del gobierno.Como sabeis Monti es un hombre del FMI,una organización corresponsable de las 100.000 personas que se mueren de hambre a diario en el mundo pero que ha tenido el detalle, hace unos meses, de rebajar sustantivamente los impuestos al mayor terrateniente de Italia.
Basta saber que un profesor de instituto se queda sin paga extra más una retención de unos 200 euros de su paga ordinaria y los profesores de las esculas católicas cobraron su paga extra.Incluso aún más sangrante,los profesores de religión de los institutos(que han sido enchufados por el obispo de turno sin opositar)han cobrado su paga extra mientras el resto de sus compañeros no.
¿No demuestra todo esto una complicidad clara de la jerarquía católica con la élite económica criminal que estamos padeciendo?

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CuriosoLoDetenerLineaDirectaConElJefe 8 de enero de 2013 at 19:25

Es curioso… o quizás no tanto… que el Vaticano sea junto con Bielorrusia el único país que no ha firmado el acuerdo Europeo de derechos humanos, y solo haya refrendado 10 de los 103 puntos de la declaración universal (entre los que no aprueban están la abolición de la pena de muerte, el trabajo infantil…)… y de remate con una población estimada inferior a 900 habitantes, célibes y virtuosos… la edad mínima para el intercambio de fluidos consentidos… supongo… sea por ley de 12 años… para qué seguir…

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MARÍA 10 de enero de 2013 at 22:11

El sultán éste es el mismo que exhortó a sus fieles hace un tiempo a huir de la fornicación.
Y dada su insistencia monotemática, su misoginia galopante, su represión sexual irreversible, su inclinación perversa a disponer en la sexualidad ajena y su ansia mediática, me gustaría, con los mismos respetos, el mismo tono y la misma confianza que él utiliza, decirle desde aquí, si el profesor Torres me lo permite, lo siguiente:
El sexo te obsesiona, obispo. La represión de disfrutar libre y saludablemente de una sexualidad abierta y natural causa graves estragos en el pensamiento y conduce inexorablemente a una persecución paranoica y violenta.
No nos sermonees más porque estamos hasta los mismos genitales de tanta intromisión en nuestra intimidad. Los pensamientos enviciados sí son nocivos para la infancia y por eso NO los queremos para nuestros menores. El servilismo que pretendes, olvídalo. No respondemos a ningún plan divino. No encanta la vida, esta, la que tenemos y nos pertenece defenderla y disfrutarla.
Los Herodes son los que permiten que caigan hambrientas y enfermas miles de personas cada día. Y sus cómplices. Esos son los que matan inocentes en el seno materno.
Déjanos en paz y deja de interferir en la vida de la gente. Tu moral no nos interesa. Tu bendición tampoco. Tenemos los tipos de familia que nos da la gana y no necesitamos la redención de nadie.
AMÉN

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Euplinio 11 de enero de 2013 at 08:24

Sé de antemano que no todo es categórico, por eso me anticipo a quienes puedan argumentar algún pero. No obstante, sigo con mi «obsesión» (como con la banca): apostasía masiva; aunque pueda costar tramitarla, se puede y, por coherencia, se debe hacer.

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Jose Mª Tabares 17 de enero de 2013 at 16:40

Otra visión. Recomiendo leer este artículo de Paralelo 36
http://www.paralelo36andalucia.com/obispos-estrella-y-cristianos-indignados/

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