Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Los mapas también nos engañan

La mayoría de la gente no sabe que los mapas que utilizamos habitualmente están diseñados para agrandar artificialmente el espacio que corresponde a los países más poderosos y para situarlos «por encima» de los demás. Aquí dejo una secuencia de la serie El ala oeste de la Casa Blanca que lo explica muy bien. Y para más información recomiendo ir a esta web sobre el mapa de Peter
PD. Me recomiendan tener en cuenta también esta otra versión: La verdad sobre el mapa de Peters
http://youtu.be/pC4MwdqYeCI

7 comentarios

Marcos 18 de octubre de 2013 at 21:38

Creo que la explicación del vídeo sirve muy bien como respuesta a la crítica del segundo enlace (aunque cualquier artículo que empiece con «la verdad sobre…» suele ser casi siempre fácil de revatir). Tambien sirve para hacer una ligera matización a la explicación del profesor Torres: los mapas que utilizamos habitualmente están diseñados para facilitar los cálculos de navegación, pero agrandan artificialmente el espacio que corresponde a los países más poderosos y los situa “por encima” de los demás. Así que Mercator en los libros de cartografía y Peters en los de geografía, no le veo demasiado problema.

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JM 19 de octubre de 2013 at 00:04

Hola Juan,
no he visitado los enlaces, sin embargo algo me suena del tema por puros aspectos digamos matemáticos… hacer una esfera plana sin “rotos” como una cáscara de naranja es complicado, y dadas las convenciones en cuanto a puntos de referencia comunes, el mapa de Mercator es el más perfecto, pues nunca buscó un representación exacta de tamaños relativos de continentes, sio de distancias que permitieran un navegación… coherente y lo mas accurate/segura posible… que luego se haya empleado como mapa geopolítico con o sin intención! es otro tema, creo… personalmente me decante por lo con intención ya sea “retorcida” o por pura ignorancia (más posible jojojo )

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JM 19 de octubre de 2013 at 06:04

Añado, coincido con Marcos en todo (escribí mi comentario antes de leer el suyo), pero reconozco que el artículo (después de una lectura pensando en los ciudadanos en general (no voy de listo, la enseñanza es una P. M., y cada vez más!!!) ) es por desgracia totalmente cierto, dado que la gran mayoría (incluyo a toda la casta) no tiene NPI de mirar y entender un mapa, ni de su origen, significado de declinaciones… y lo que entra por los ojos es la basura que ponen en los programas del tiempo… con lo que va quedando el absurdo grabado a fuego.
Me pregunto:
¿cuantos han/hemos mirado la población y extensión de cada continente?
¿Cuántos comprueban/comprobamos los datos de la prensa, la validez de los gráficos…?…
Lo peor es que me da que ni periodistas, próceres, la mitad de los estudiantes, ni… y esto, creo, es general, no idiosincrasia cortijera…. porque leer una sección de supuesta “ciencia” en medios generalistas o de divulgación “comprensible” es patético… vamos que Arquimedes palmó hace ya tiempo y nosotros construimos un submarino que no emerge, los ingleses el barco más rápido pero que va lento…
Salud y buen día!

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Cristina 19 de octubre de 2013 at 19:59

Luis XIV por ser bajito calzaba tacones para crear la ilusión de ser más alto. Nadie podía ser más alto que el rey. Luis XV los siguió usando aunque por su poder consolidado ya no los necesitaba. Ambos eran reyes temidos y de gran autoridad reconocida. A pesar de que todos sabían que eran de baja estatura, nadie osó mirarlos jamás desde arriba. A Luis XVI, quién sólo los usó por costumbre o moda le tocó bajarse de los tacones al tiempo de perder la corona, que de tan agarrada que la tenía a la cabeza hubo que cortársela a la altura del cuello.
En el mismo tiempo histórico Europa agrandaba su tamaño en el planisferio con igual valor simbólico, pero debería reconocérsele el valor moral y la madurez a la hora de bajarse por propia voluntad del planisferio distorsionado a su conveniencia.
Pero aquí no acaba la cartografía. Es inevitable que quien dibuja el mundo lo haga desde su casa y la ponga en el centro. Esto no es una ilusión, es un dato de la realidad. Con el eje del poder desplazándose a Oriente termina la era atlantista. Y ahora habrá que ver quién dibuja primero un planisferio dónde en el centro se ubique al océano Pacífico en lugar del Atlántico. En este nuevo planisferio observen ustedes la distancia a la queda España de Latinoamérica.

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Reinaldo 21 de octubre de 2013 at 02:39

Hace un tiempo mencioné que en los mapas aparece la USA ( que bastante nos usa…) mas grande que Africa!!!.

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Numeros 21 de octubre de 2013 at 12:27

Al igual que la España de Joselito y Belmonte o del Real Madrid – Barcelona, el mundo se divide en dos bloques antagónicos e irreconciliables. Por un lado están los que apoyan la proyección de Peters, por otro los que saben de cartografía.
JM hacer una esfera plana sin “rotos” como una cáscara de naranja es complicado no es complicado. Es imposible. Tan imposible como como hallar dos números pares cuya suma sea impar. Al proyectar una esfera sobre un plano solo se pueden conservar (salvo en algunos puntos o líneas determinadas denominadas automecoicas) ángulos (formas), distancias o superficies. Una y solo una de esas propiedades.
Las proyecciones conformes, que conservan los ángulos y, en consecuencia, las formas, tienen como inconveniente que distorsionan las áreas. Por contra, las proyecciones equivalentes, que conservan las áreas tienen como inconveniente que distorsionan las formas. Compatibilizar ambas cosas es, repito, imposible.
¿Y que pasa con Mercator? Pues que Mercator diseño su proyección para la navegación, y como para navegar lo que nos interesa es poder trazar rumbos (ángulos) creo una proyección que conserve los ángulos (conforme), lo que conlleva que distorsione las áreas (y mucho).
¿Favorece la proyección de Mercator a los países del hemisferio norte frente a los del hemisferio sur? La respuesta es un claro y rotundo NO. El aumento de tamaño es proporcional al cuadrado de la secante de la latitud, 1/ cos²(latitud), de manera que la deformación del área a 40º de latitud norte es exactamente la misma que a 40º de latitud sur. De hecho si uno revisa los argumentos de Peters, pero utilizando la verdadera versión del mapa de Mercator y no una versión cortada caprichosamente en el paralelo 60º S, uno puede llegar a la conclusión de que Mercator realmente era un pingüino disfrazado ;-).
¿Y que pasa con la proyección de Peters? Desde el primer momento, allá por 1976, ya los cartógrafos de todo el mundo señalaron que los argumentos de Peters no son más que una serie de demagógicas medias verdades encadenadas una detrás de otra. De entrada la proyección de Peters es virtualmente idéntica a la proyección de Gall, descrita en 1855 por el clérigo escocés James Gall y, salvo la de la equivalencia, sus pretendidas bondades son compartidas por todas las proyecciones cilíndricas, Mercator incluida. De hecho, la proyección cilíndrica equivalente de Lambert (¡¡ realizada en 1772 !!) no solo tiene todas las propiedades de la proyección de Peters, si no que además las deformaciones son menores. Precisamente la proyección de Gall pasó inadvertida porque, como diría un castizo para este viaje, no necesitábamos estas alforjas.
¿Dónde radica, entonces, el éxito de Peters?. Pues si repasamos la biografía de Peters lo entenderemos. Peters no era cartógrafo. La tesis del El Dr. Peters (‘Der Film als Mittel der öffentlichen Führung’, El cine como medio de liderazgo público Berlín, 1945), y que trataba del uso de la propaganda en política nos da una pista al respecto. Sabía que cualquier cosa, por bodrio que fuese, que llevase la etiqueta antiimperialista vendía, y por lo visto, sigue vendiendo.
Lo que da mucha pena es que todo esto, que repito, ya se sabe desde hace más de 30 años se siga vendiendo en ámbitos académicos, donde se supone que hay una mentalidad crítica y científica, y uno tenga que encontrarse con defensores de esta proyección a partir del principio de que los mapas se diseñan para agrandar artificialmente el espacio que corresponde a los países más poderosos y para situarlos “por encima” de los demás.
Para terminar si a alguien le interesa como manipular y mentir con los mapas, le recomiendo el magnífico libro de Mark Monmonier How to lie with maps.

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Enrique de Amo 19 de marzo de 2014 at 14:25

Muy brevemente, Mercator diseño su modelo de mapa para utilidad de los marinos (y hoy sigue siendo válido para ellos y aviadores). La clave es que «conserva los ángulos» visto en el papel o visto en el globo terráqueo…, y ya cualquiera puede colegir su importancia para la navegación.
Otra cuestión es afirmar que «los mapas que utilizamos habitualmente están diseñados para agrandar artificialmente el espacio que corresponde a los países más poderosos y para situarlos “por encima” de los demás». No, no está diseñado para eso. Igual que los coches no están diseñados para morir.
Estando completamente de acuerdo en que los modelos imprimen un sesgo en su uso posterior, lo importante, como en todo, es saber para qué y para qué no sirve el modlo de Mercator. Y por cierto, una «maldad» sobre Peters: la primera vez que Peters presentó «su» modelo en sociedad (científica) fue totalmente ignorado. (Sólo logró fama mundial cuando decidió presentarlo ante los medios de comunicación con gran alegato «justiciero»…
Alegato que se viene abajo cuando se entra en lo de «su» modelo y el desprecio científico al mismo: cuando lo presentó ante la comunidad científica, no era un trabajo original. Ya lo había elaborado, bastantes años atrás un pastor escocés, de nombre James Gall… (justicia para los territorios, que Gall no sale en el mapa, di´ría el pillín de Peters…).
Así que sí, que para representar los territorios, Mercator no nos vale. Para navegar, la proyección de Gall-Peters, tampoco.
Y como «morcilla»: os animo a visitar la página de worldmapper.org, ¡una delicia!, porque no sólo los territorios cuentan. Es más, diría yo que una mierda para ellos: las importantes somos las personas.

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