Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Mientras se insultan, España se la juega en 2016

No tengo la menor duda de que tanto Mariano Rajoy como Pedro Sánchez quieren, cada uno a su manera, lo mejor para España. Pero me parece que el debate que mantuvieron hace unos días en televisión indica que si el futuro de este país sigue en sus manos nos esperan días negros en el futuro. A base de insultos y solo tratando de demostrar que el otro roba más que el uno no se puede llegar muy lejos, dados los problemas que tenemos y los que van a venir.

Hemos vivido desde 2007 la perturbación económica y financiera más grande de los últimos 90 años pero el inmenso poder que tienen quienes la provocaron (los grandes bancos, principalmente) ha permitido que sus consecuencias se descarguen sobre las espaldas de otros y que sus causantes hayan terminado con mucho más poder y con más dinero en el bolsillo que antes de la crisis.

Hace unos días me decía un amigo con una alta responsabilidad política en Galicia que tiene la sensación de que todos somos objeto de un gran experimento orientado a manipular a la sociedad en su conjunto para lograr que la gente vaya de un sito a otro, allí donde a cada momento le interesa a los grandes poderes fácticos.

No se si se trata realmente de un experimento pero sí creo que es evidente que dominan tantos medios de comunicación, las fuentes de creación de opinión y los mecanismos institucionales o informales de decisión que pueden hacer literalmente lo que les venga en gana con la inmensa mayoría de la población.

Los mismos poderes que provocaron la crisis nos han hecho creer en los últimos meses que ya hemos salido de ella y que gracias a las decisiones que han ido tomando estamos de nuevo en una senda de recuperación y crecimiento.

Un engaño más porque es cierto que se ha producido una recuperación económica pero con caracteres que, sin embargo, nos ocultan:

1) Es más débil de lo que nos dicen y no tiene efectos netamente positivos en el empleo pues lo que se está produciendo es sustitución de puestos de trabajo indefinidos por otros temporales y porque la tasa de paro si baja es por la salida de miles de personas del mercado de trabajo. Y, además de ello, porque va todavía acompañada de un aumento que puede ser insostenible de la deuda pública.

2) Es el resultado de factores coyunturales, como la intervención del Banco Central Europeo, la bajada de los precios del petróleo y, sobre todo, del empuje pre-electoral del gobierno que en los últimos meses ha aumentado el gasto (en contra de sus «principios») y ha permitido que también lo aumenten los ayuntamientos y comunidades autónomas.

3) Se basa en el aumento de los beneficios de las grandes empresas mientras que sigue produciéndose una caída continuada del peso de la masa salarial en el conjunto de las rentas. Lo que quiere decir que la «recuperación» la genera el motor menos potente, más desigualador y a la larga empobrecido de todos los posibles.

De hecho, creo que se puede asegurar que ya en estos últimos tres meses de 2015 se está registrando una nueva reducción de la actividad económica (lo veremos cuando se publiquen los datos) y no me queda la menor duda de que 2016 será un año muy difícil, al menos, por las siguientes razones:

a) Todo parece indicar que la situación económica internacional se va a deteriorar. Los indicadores de comercio internacional y finanzas lo indican y es posible que lo comencemos a notar con toda su fuerza ya en los primeros meses del año próximo. Se acumulan tantas burbujas, la situación de la banca internacional en tan débil y falseada y las reformas han sido tan limitadas que el latigazo de una nueva crisis financiera está a la vuelta de la esquina.

b) La Unión Europea obligará a modificar el escenario de las cuentas económicas porque el gobierno de Rajoy hizo trampa con ellas para hacer creer que estábamos en una situación más favorable de la que realmente tenemos. El gobierno que salga de las elecciones se verá obligado a lidiar con la exigencia de recortes que volverán a producir un efecto depresivo.

Además, no parece que vaya a haber cambios en las políticas fundamentalistas europeas, de modo que la UE, el BCE y el euro volverán a ser de nuevo causa de problemas y no vías de solución.

c) El sector bancario español sigue encontrándose al borde del abismo. Los bancos van a plantear despidos, fusiones y nuevas estratagemas para seguir disimulando el impresionante quebranto patrimonial que provocó su política de promoción del endeudamiento irresponsable y eso lo pagará una vez más el conjunto de la economía.

d) Sin un programa de impulso generalizado en el conjunto de la economía y de rescate social será inevitable que vuelva a caer la actividad y que repunten las quiebras de empresas, el paro y una exclusión social a la que los servicios públicos cada vez más debilitados van a tener muchas dificultades para hacerles frente.

e) Y a todo eso hay que añadir que vivimos en un clima de gran desconfianza en instituciones básicas para la convivencia y en el que se producen intentos muy serios de desmembración social y territorial. Es decir, en un medio ambiente en el que es muy difícil que la economía vaya bien.

Ojalá me equivoque en la gravedad de estas amenazas o en la previsión de que se van a hacer reales más pronto que tarde. Pero creo, en todo caso, que es indiscutible que la economía española tiene debilidades y fallas de carácter estructural que mientras que no se superen nos exponen a peligros muy graves.

Y si se acepta esto, habría que aceptar también que se trata de problemas que requieren acuerdos de muy amplio espectro, de gran calado y no solo entre partidos que defiendan a los mismos intereses o que tengan horizontes semejantes.

Es necesario un gran pacto pero me parece igualmente elemental que sus coordenadas no pueden se establecidas solo por una parte sino que deben ser igualmente el resultado de un debate amplio y transparente sobre nuestros problemas y sobre las posibles soluciones. Y para ello es fundamental que nuestra sociedad sea plenamente consciente de lo que en realidad nos ha pasado, de las responsabilidades que cada uno ha tenido a la hora de generar los problemas que tenemos y de las alternativas que están a nuestro alcance, así como del esfuerzo y sacrificio que cada una lleva consigo.

En realidad, para sacar adelante a nuestra economía necesitamos exactamente lo mismo que lo que se necesita para cohesionar y fortalecer a nuestra sociedad: luz y taquígrafos y que cada uno aguante su vela. O, lo que es lo mismo, que dejemos de vivir bajo una dictadura económica y que la democracia llegue de una vez al ámbito en que se toman las decisiones económicas.

10 comentarios

Jordi 16 de diciembre de 2015 at 17:17

El poder en España está en manos de una oligarquía salvaje. El único interés de esta oligarquía, como el de todas las oligarquías en todas partes, es saquear el país y el último que apague la luz. Tres partidos políticos están al servicio de esta oligarquía: PPSOE y C’s. Creo modestamente que un «gran pacto» en este escenario es dilirar. La oligarquía, con las muletas de los tres partidos mercenarios más los medios de comunicación, seguirá saqueando el país hasta que no queden ni las piedras. ¿Qué hacer entonces? No tengo ni remota idea, pero por lo menos, no hacer el indio, por ejemplo votando a Ciudadanos, un partido neoliberal, thatcherista hasta la médula, y más a la derecha económicamente incluso que el PP. Es algo insólito que con todo lo que ha llovido, con los recortes y masacre que ha perpetrado este gobierno del PP, haya alguien todavía que piense votar a Ciudadanos, más de lo mismo, y hasta peor. O no entendemos nada, o somos de un masoquismo nunca visto. Que los pensionistas voten al PP es comprensible, pero ¿quiénes son los votantes de Ciudadanos? No consigo entender que un partido furiosamente neoliberal, directamente importado del Reino Unido, tenga un solo votante en un país precisamente arrasado por cuatro años de políticas austericidas neoliberales. Es incomprensible. Ni el FMI se lo cree.
Un cordial saludo a todos, y ánimo.

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José luis Pérez alvarez 17 de diciembre de 2015 at 07:13

Gracias Juan por darnos tu clara visión de la situación, muy necesaria para mantener los pies en la tierra ante la propaganda de que la crisis es cosa del pasado. Necesitamos ese gran pacto con mucho corazón y poniendo a las personas en el centro de la acción.
Un fuerte abrazo

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JavierAristu 17 de diciembre de 2015 at 10:59

Juan: Me ha parecido un magnífico artículo y una extraordinaria toma de posición para la «nueva política» que hace falta en nuestro país. Me he permitido citarte en mi artículo de hoy y compararlo con aquellos Pactos de la Moncloa que hoy algunos deberían sacarlos del olvido. Enhorabuena

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Manel Diéguez Ramírez 17 de diciembre de 2015 at 11:21

Interesante análisis i conclusiones: estamos y estaremos muy mal,la crisis continua y va a peor, luego la solución es un pacto y que cada actor ceda en sus intereses inmediatos en aras a restablecer un equilibrio macroeconómico real que permita una prosperidad global. Muy bien, pero si admitimos que los actores causantes de la crisis son,gracias a ella, mucho más ricos y que a través de su dominio de los medios pueden hacernos hacer lo que quieran, entonces,¿ por qué van a querer pactar ?

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Jano 17 de diciembre de 2015 at 12:33

Buenas a todos.
De nuevo recibo esta página, para mí imprescindible.
Como de costumbre, con los pies en la tierra y la cabeza correctamente amueblada.
¿qué pasará con un dólar revalorizado? y sobre todo con los «financieros» que trapichean en la economía de casino. ¿van a seguir apoyando a las economías «emergentes» o se van a dedicar «a lo suyo»?. Si se paran las «emergentes» ¿cuánto puede aún bajar el petróleo?. Lo digo, porque el burbujón de la «fractura hidráulica» puede pillar a más de uno. ¿cómo afectará al tema de una nueva economía basada en las renovables? No sé si va haber paraguas para tanto chaparrón…

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Federico Keller Soria 17 de diciembre de 2015 at 13:07

Malditos bancos, pero son necesarios

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Alberto Enrique Roldán Hernández 17 de diciembre de 2015 at 14:08

Panorama desolador para España el que se ve cada mañana que me levanto. El pasado 26 de Noviembre tuve la ocasión de escuchar a Ramón Tamames en la Cámara de Comercio de Granada, con motivo de un acto organizado por el Colegio de Economistas, y aluciné en colores escuchando al autor de «Los Monopolios en España», pintó una situación optimista de nuestro país y llegó a afirmar que estábamos saliendo de la crisis, me frotaba los ojos viendo al maestro de maestros hacer sus comentarios y por un momento llegué a pensar que se estaba hablando de otro planeta. Salí desconcertado con los giros tan bruscos que pueden dar los cerebros más lúcidos en materia económica.
Yo coincido totalmente con el análisis de mi compañero y amigo Juan Torres, y se que el cambio en Política Económica es posible, que el nefasto determinismo que nos gobierna ha equivocado el camino. En democracia solamente nos queda la posibilidad de influir con nuestro voto. Por eso son tan importantes las elecciones del próximo día 20………..cada voto en contra de los que nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino es oro molido. ¡ Si se pueden cambiar las cosas !…. no aceptarlo sería de necios.

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Pauet 18 de diciembre de 2015 at 02:33

Yo si tengo algunas dudas de que dichos señores simplemente quieran cada uno a su manera lo mejor para España, me parece más bien que hacen todo lo posible para redefinir «lo mejor para España» de manera que coincida con los intereses de algunos grupos sociales muy concretos, además claro está de con su interés personal y de partido. Diría de ellos en el mejor de los casos que han decidido creerse lo que ellos saben que les conviene.
Por otro lado tengo la sensación de que los árboles no nos dejan ver el bosque, creo que lo que realmente pasa es que nos hallamos en un proceso de transformación del capitalismo y con ello de toda la sociedad iniciado hace décadas, las crisis son momentos de oportunidad en los que se aprovecha para recrudecer estas transformaciones, pero lo que nos debe preocupar es el curso de la historia en su conjunto.
Saludos

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Antonio Gonzalez 18 de diciembre de 2015 at 14:36

Mevoy con la idea de Pauet,
«Diría de ellos en el mejor de los casos que han decidido creerse lo que ellos saben que les conviene.»
Personalmente no les otorgo la duda sobre su mala fe.

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Reinaldo 20 de diciembre de 2015 at 23:37

Elecciones?…más de lo mismo…»algo tiene que cambiar, para que nada cambie»…

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