Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Reflexiones rápidas sobre el Brexit

Finalmente, se ha confirmado que la mayoría de la población del Reino Unido ha preferido salir de la Unión Europea y, a pesar de que eso era muy previsible según todas las encuestas, se ha levantado un revuelo enorme en toda Europa. Se me ocurre resumir telegráficamente mis ideas sobre el cambio que se avecina y que creo será de gran importancia para nuestro futuro como ciudadanos europeos.

a) Se recoge lo que se siembra. Cuando se aplican continuamente políticas contrarias a lo que desea la población se termina sufriendo su rechazo y la aparición de posiciones cada vez más radicales frente a quien las impone. Es cierto que la permanencia o salida de la Unión Europea es algo que siempre ha dividido casi por la mitad a la población del Reino Unido pero el resultado del referéndum muestra que se ha hecho más por agrandar esa diferencia que por reducirla.

b) Europa no ha sabido encandilar a los pueblos. Si no es capaz de atraer a quienes sueñan con el proyecto europeo, mucho menos lo es frente a quienes no creen en él. Europa se ha convertido en un proyecto feo, burocratizado y demasiado claramente al servicio de los poderosos. Ningún proyecto de integración puede salir adelante sin el estímulo que proporciona la adhesión ciudadana, la identificación de las gentes corrientes con sus ideales y la complicidad activa de la población. En el caso de la Unión Europea está pasando lo contrario, crece la desafección y solo hay complicidad por parte de las grandes corporaciones.

c) En cierta medida, el Reino Unido ya estaba fuera de la Unión Europea. Ha sido siempre una especie de china en el zapato que en lugar de ayudar a que se profundizara y avanzara en el proceso integrador ha procurado siempre que se ralentizara. Ha sido un «descafeinador» del sueño europeo y no solo de sus aspectos más sociales y progresistas. En concreto, con el último acuerdo cerrado en medio del chantaje que suponía el referéndum. Es normal que muchos de quienes están convencidos de que es imperioso que la Unión Europea avance vean incluso con buenos ojos y con esperanza la salida del Reino Unido.

d) Más que el Reino Unido es ahora la Unión Europea quien se encuentra en una difícil disyuntiva. La sangría se le ha producido a ella y es la Unión quién debe tomar medidas para aplacar la enorme frustración y el daño institucional y moral tan profundo que produce la salida de la Unión Europea de uno de sus socios más grandes, relevantes y poderosos.

¿Y qué puede pasar ahora? Yo creo que al respecto cabe hacer tres grandes consideraciones:

a) Los primeros momentos serán de perturbación. Habrá movimientos convulsos en los mercados de divisas, en las bolsas y quizá dimisiones con el anuncio de nuevas elecciones. Pero no creo que eso suponga una inestabilidad excepcional, entre otras cosas porque cuesta trabajo creer que las autoridades europeas y del Reino Unido sean tan incompetentes como para no haber tenido bosquejado desde antes un plan b para la actual situación (aunque también es muy posible que sí lo sean).

b) Lo que ocurra más allá de estos primeros movimientos de confusión dependerá de que siga una u otra de las tres siguientes posibilidades:

– Un intento rápido de revertir la situación, convocando nuevas elecciones y anunciando el compromiso de celebrar un nuevo referéndum, en cuyo caso las perturbaciones iniciales se alargarían y serían de mayor envergadura.

– Utilizar el proceso de salida contemplado en los tratados para generar en los próximos dos años una situación en la que al final (si es que no se revierte) todo quedara como si nada hubiera pasado.

– Que se dé por definitiva la salida del Reino Unido y sea Europa quien abra un proceso de reflexión y de reformas que refuercen el proyecto y promuevan un incremento de la identificación y de la complicidad ciudadana.

– Que la Unión se empantane y paralice, lo que podría dar lugar a reacciones en cadena y a un proceso incluso acelerado de disipación del proyecto europeo.

¿Y España qué?

El contexto que se acaba de abrir no es ni mucho menos indiferente para España.

No creo que se produzcan los efectos de hecatombe que algunos medios contrarios al Brexit han divulgado estas semanas atrás, al menos después de los primeros momentos de perturbación que he señalado. El Reino Unido ya tenía soberanía monetaria y podía utilizar la política de tipo de cambio. No veo por qué vaya a devaluar ahora (repito, salvando los primeros momentos de depreciación) y ha tenido siempre potencia comercial suficiente como para imponer condiciones favorables a sus socios. En todo caso, el cambio que pueda producirse tiene tiempo por delante y España (las empresas españolas y las autoridades de quien depende nuestras relaciones con el exterior en todos los ámbitos) debe aprovecharlo para adecuarse a la nueva situación adelantándose ,en lugar de mantener una actitud pasiva y a la defensiva. En particular, España debería aprovechar la situación (tarea que solo podría asumir un nuevo gobierno diferente al actual del PP) para hacerse mucho más fuerte que hasta ahora, no solo frente al Reino Unido (por ejemplo en Gibraltar) sino frente a la Unión Europea. El fracaso de sus burócratas debe convertirse en un triunfo de los pueblos en la batalla que se avecina por redefinir el proyecto europeo.

6 comentarios

Paco Muñoz 24 de junio de 2016 at 10:33

Bien cabe pensar que Europa es un pueblo diferenciado –perdido–, en un planeta globalizado por el Imperio USA, pero no situar el BREXIT en el tablero mundial con su eje financiero dominante CITY–Wall Street hace del análisis una reflexión coja y miope ante la creciente inestabilidad interna del paradigma neoliberal/neoconservador del imperio. El problema es Europa y los ingleses han saltado del Titanic EU antes de que éste choque contra el iceberg de su propia oligarquía burocrática ya petrificada y «sin alternativa». Algo que ya puso en evidencia Varoufakis desde la costa mediterránea y que emerge inesperadamente ahora desde la costa atlántica. En mi opinión, lo realmente misterioso del BREXIT es su componente de rescate irreverente de la gobernanza local británica en contra tanto de los intereses de la CITY, como de los intereses oligárquicos del magma europeo. Un saludo.

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Sol Andrés 24 de junio de 2016 at 11:06

Una noticia terriblemente triste para todos: británicos y europeos. Escaso consuelo pensar que al menos nos quedarán los escoceses. Better together!

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Omar 24 de junio de 2016 at 12:44

Bueno Juan yo me voy a centrar en una reflexión sobre el ejercicio de la democracia. Imperfecta. Con este resultado vemos que tanto Irlanda, Gibraltar y Escocia salen perdiendo en su decisión mayoritaria de ser parte de la UE, y esto abre un nuevo melón de posibilidades. Si resulta que la ciudadanía de estos territorios empieza a comprender que los estados tradicionales como son el Reino Unido o el reino Borbónico de España son retrógrados, reaccionarios y nacionalistas, podrían llegar a conclusiones muy sanas, cómo la de independizarse de estas nacionalidades y ser independientes. Cuanta más democracia mejor, siempre, aunque nos equivoquemos. Tal vez en Escocia estén ahora llorando por haber votado la permanencia en el reino Unido o en Gibraltar, pero eso es una buena consecuencia de poder decidir. Ojalá pudiéramos decidir aquí sobre la monarquía, o sobre si queremos seguir o no siendo parte de este estado calamitoso. Gracias por todo.

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Miguel Mayol Tur 24 de junio de 2016 at 18:13

Que pena que no hayan más plumas tan lúcidas como la suya, ni tengan la notoriedad que se merecen.
Han sido las clases bajas conservadoras las más opositoras y probablemente no serían tan xenófobos si la UE hubiese sido más social y menos de las multinacionales.
De momento se librarán de TTIP aunque supongo que les harán algo similar, al menso no vendrá comprado desde la UE
Que las multinacionales compren las políticas en el parlamento europeo como hacen en el de USA llegando al colmo del TTIP que poco más o menos viene a decir aqui mandamos las multinacionales,y si no estás de acuerdo estado te lo dirá mi tribunal «independiente privado» no es algo que yo defendería de ser líder político 99ero.
Es más cuando se apruebe el TTIP que lo disfrazarán trocearán o lo que sea con lo que ah despertado, pero lo harán. Lo lógico y cabal sería ir convocando referendums de salida de la UE a ver a quien le hacen cumplir ese o esos tratados.

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Cristina 29 de junio de 2016 at 00:03

En estos días no hago más que recordar a León Felipe y sus versos tan amargos dedicados a «La Raposa», y a la película «Cuando huye el día», que nos cuenta como se mueve la elite inglesa para tomar decisiones.
Desde la periferia, en mi caso Argentina, al mundo se lo ve en panorámica. De todo lo que he leído sobre el Brexit este artículo es el que más se aproxima a lo que veo ahora: http://www.voltairenet.org/article192523.html .
Saludos a todos y en especial a Juan Torres porque es un luchador incansable.

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JM 19 de julio de 2016 at 21:25

Más posibles implicaciones … ¿no contempladas por los medios de orden? jajaja ;-)
Fuente: http://www.voltairenet.org/article192716.html
Inicio del artículo:
«La nueva política exterior británica
por Thierry Meyssan
La prensa occidental no para de repetir que, al decidir su salida de la Unión Europea, los británicos se han aislado del resto del mundo y que tendrán que enfrentar terribles consecuencias económicas. Pero el descenso de la libra esterlina podría convertirse en una ventaja en el seno de la Commonwealth, una familia mucho más extensa que la UE y que abarca los seis continentes. Pragmática, la City podría convertirse rápidamente en el centro mundial del yuan e implantar la divisa china en el seno mismo de la Unión Europea.»
Saludos y un abrazo.

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