Ganas de Escribir. Página web de Juan Torres López

Hay que salvar a la pequeña y mediana empresa

Publicado en Público.es el 21 de enero de 2013

Por muchas vueltas que se le de, el indicador más certero de la profundidad y del daño que está causando una crisis económica es la desaparición de empresas. No cabe duda de que el aumento del desempleo es terrible pero incluso éste puede ser temporal y si está protegido no conlleva grandes caídas subsiguientes en la demanda. Pero cuando desaparece una empresa no solo se pierde empleo en ese momento sino que además salta por los aires una fuente futura de creación de puestos de trabajo, se pierden quizá para siempre recursos físicos, financieros y humanos y se desperdicia en la mayoría de las ocasiones el esfuerzo de muchos años y de muchas vidas.

Sean de propiedad privada, social o pública (porque no hay mayor error que confundirlas con el capitalismo) las empresas son organizaciones vitales para la satisfacción de las necesidades humanas y sin las cuales es imposible resolver los asuntos más básicos de nuestra vida cotidiana.

Por eso, la desaparición en España de más de 200.000 empresas desde 2008 no puede calificarse sino como de auténtica tragedia económica a la que habría que poner freno cuanto antes si no queremos hundirnos en la depresión económica y en el empobrecimiento continuado durante muchos años.

Sin embargo, y a pesar de que todo el mundo se llena la boca de defensas a la empresa o a los puestos de trabajo, lo cierto es que no hay institución social más incomprendida ni que reciba más agresiones por todos lados. Quienes está defendiendo y aplicando las políticas de austeridad y de recorte de rentas confunden los intereses del conjunto de las empresas con los de las más grandes, y quienes desde sindicatos u organizaciones de izquierdas ponen el énfasis en la defensa del empleo no se suelen dar cuenta de que eso es hoy día imposible sin la contribución de los miles de pequeños y medianos empresarios que lo crean en su gran mayoría.

Los gobiernos y la patronal están en manos de las grandes empresas y de los bancos que están imponiendo políticas que les vienen bien a ellos pero que literalmente fulminan a las pequeñas y medianas.

A diferencia de lo que ocurre en otros lugares, como en Estados Unidos, las grandes empresas europeas o están muy desentendidas del mercado interior o bien tienen un gran poder de mercado (como es el caso de las que suministran servicios básicos). Son empresas globales que obtienen la mayor parte de sus beneficios fuera de Europa o que los tienen garantizados aquí porque disponen de clientes cautivos, que no se pueden desentender fácilmente de ellas y tienen que aguantar sin rechistar los precios que imponen. En ambos casos, sus beneficios no dependen del poder adquisitivo de los europeos y por eso prefieren políticas que aquí simplemente garanticen los costes laborales e impuestos más bajos posibles.

Esa es la razón por la que están imponiendo las políticas de austeridad que se vienen aplicando. Unas políticas (que los economistas llamamos deflacionarias) que en realidad se viene aplicando en Europa desde hace muchos años y que son la causa de que aquí haya habido menos crecimiento y más desempleo que en otros lugares, pero que en los momentos de crisis actuales es cuando se muestran mucho más dañinas y contraproducentes.

Las pequeñas y medianas empresas (que en el conjunto de Europa, como en España, son las que han venido creando más o menos el 80% de nuevo empleo) no tienen a su alcance el colchón del mercado global, ni tampoco clientes tan cautivos como las que suministran telefonía, luz, energía u otros servicios básicos. En su inmensa mayoría viven, por el contrario, del mercado interno y cuando éste se viene abajo ellas van detrás enseguida. Muy pocas pueden internacionalizarse porque su negocio es el que es, atender a la demanda interna.

No quiero decir que no interese fomentar la internacionalización de las pymes españolas. Simplemente me refiero a que eso no se debe confundir, como se viene haciendo, con dos errores fatales. El primero, creer que solo serán competitivas en el exterior las pequeñas y medianas empresas que operen con trabajadores peor pagados. El segundo, pensar que a todas las empresas les conviene orientarse al mercado exterior o que todas van a poder hacerlo para salir de la crisis.

Normalmente, los pequeños y medianos empresarios viven de lo que gastan sus vecinos o empresas colindantes y si éstos tienen cada vez menos renta es cuando venden menos y cuando se ven condenadas a cerrar. Por eso, las políticas que imponen las grandes empresas y los bancos y que se están traduciendo en un descenso continuado de los ingresos de la mayoría de la población les resultan fatales.

Si queremos salir de verdad de la crisis sin destruir la economía y sin empobrecer para muchos años a la sociedad española, tenemos que salvar a las pymes (y me atrevería a decir que, muy en particular, a las que son propiedad o están dirigidas por mujeres porque tienen mayores problemas aún), y no a los bancos, a Telefónica, a Repsol y al resto de las grandes corporaciones que dominan el discurso, las instituciones políticas y las organizaciones patronales.

No hay nada más perjudicial para los pequeños y medianos empresarios (además, naturalmente, de para los propios trabajadores) y para el conjunto de la economía española que propuestas como las que acaba de hacer la patronal de Ikea, El Corte Inglés, Cortefiel, C&A, Alcampo, Leroy Merlin y otras grandes empresas de rebajar aún más los salarios. Responden a un razonamiento económico ciego y troglodita que aumentará sus beneficios a corto plazo pero que a la postre solo llevará consigo la desaparición de otros miles más de empresas y la pérdida de muchos más empleos.

Las pequeñas y medianas empresas que han cerrado en España lo han hecho por carecer de dos cosas fundamentales: crédito y clientes. No disponen de financiación porque los bancos que podrían dárselo están quebrados y utilizan la liquidez y ayudas sin límite que le dan el Banco Central Europeo y el gobierno para salvar sus muebles y sus beneficios. Y pierden la clientela porque los trabajadores, y la mayoría de la sociedad que gasta casi todos sus ingresos en consumo, disponen cada vez de menos rentas por los recortes que hace el gobierno.

Por eso, para salvar a las empresas que pueden crear empleo (y no destruirlo como viene haciendo las grandes que imponen las políticas de austeridad) lo que hay que hacer es lo contrario de lo que se viene haciendo. Si la banca privada no puede proporcionar crédito porque está quebrada o usando sus recursos para desendeudarse, el Estado tendría que garantizarlo como un auténtico servicio público esencial. ¿Se imaginan lo que hubieran podido hacer los miles de empresarios que han cerrado con la liquidez y ayudas que se le ha dado a los bancos para que la desperdicien?

Y para que recuperen sus ventas y el empleo, lo que debe hacerse es elevar la renta de la población que en lugar de ahorrar y dedicar la mayor parte de sus ingresos a la especulación financiera los dedica al consumo. Eso se puede conseguir, por ejemplo, con moratorias en el pago de hipotecas, con ayudas directas a las familias de menor renta y, en general, llegando a un pacto de rentas que impida la concentración tan grande de ingresos que se está dando en los niveles de mayor riqueza. Entender que la desigualdad creciente es el principal enemigo de los pequeños y medianos empresarios y de sus negocios no es algo de derechas o de izquierdas sino de sentido común a la vista de lo que está pasando.

Quizá no baste solo con eso. Es imprescindible también que la sociedad entera entienda  que los pequeños y medianos empresarios no son los malos de la película, lo que posiblemente requiera que estos también comprendan que sus intereses no tienen nada que ver con los de los grandes oligopolistas que dicen representarlos. La creación de riqueza orientada a satisfacer nuestras auténticas necesidades y que no destroce a la naturaleza que necesitamos para vivir es algo bastante más complejo que lo que refleja la dialéctica maniquea de buenos y malos al uso. Solo si superamos esta limitación y diseñamos un proyecto social, económico y político que ponga en primer plano los intereses reales de la inmensa mayoría de la sociedad y no solo los de quienes están en la cima podremos alumbrar un camino menos frustrante y más enriquecedor para todos.

20 comentarios

Rober 24 de enero de 2013 at 00:32

Hola Juan,
Te adjunto mi experiencia como Emprendedor, A ti y a todo el foro, por si queréis leer la verdadera política del PP con los emprendedores «jóvenes»
un abrazo y gracias por la defensa.
Aquí el artículo: http://dalelavueltacyl.blogspot.com.es/2012/10/carta-de-un-emprendedor-indignado.html

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Agustin Salvador 24 de enero de 2013 at 00:46

Estimado Juan,
No creo que se pueda meter en el mismo saco a las empresas privadas, sociales y públicas sin valorar sin son capitalistas o no. Yo pienso que a la gran mayoría de las privadas si podremos acertadamente “confundirlas” con el capitalismo.
Por otro lado, esto de las PYMES es un cajón de sastre donde entra desde el autónomo individual con su furgoneta sobrepasando todos los límites de velocidad hasta sociedades más finas de más envergadura y tecnología. ¿Dónde acaba la mediana empresa y empieza la grande?. Habría que precisar más qué es una pequeña y una mediana empresa o cuándo lo es. Supongo que tendrá que ver con una relación entre la plantilla que tiene y lo que factura anualmente, por ejemplo. Lo que no cabe duda es que son dependientes y auxiliares de, o con respecto, a las grandes empresas.
Para mí ésta es la cuestión ¿Qué hacemos con las grandes? ¿Las dejamos por imposibles o proponemos algo sólido? Porque realmente son el núcleo duro de la economía y según quien las posea y como se gestionen, el empleo digno, las condiciones laborales, el respeto al medio ambiente irán a mejor o peor. Y, como efecto colateral, a las PYMES les sucederá lo mismo. Para mí aquí está la clave, en las grandes empresas y no en las PYMES, y el Estado Democrático (futuro) tendría que intervenir decididamente y en varios órdenes con respecto a la gran empresa y a lo que ésta hace y deshace (entre otras cosas deslocalizar y externalizar actividades hacia PYMES explotadas). Y desde la izquierda creo que hay que dar preferencia a alternativas socializantes de la misma, sin caer en fórmulas empresariales estatistas y burocratizadas.
La impresión que tengo es que hoy en día todo el mundo, a la izquierda y a la derecha, se vuelca en loas a las PYMES y a los famosos emprendedores (¿”emperdedores”?) como pilar del empleo, de los valores netamente empresariales y hasta de la “salida a la crisis”. Para la derecha es lo suyo, porque aparte de la función abaratadora de costos bajo presión que consigue, ideológicamente convierte a mucho trabajador en “empresario” de poca monta que se lo cree, ampliando así la base social de consenso con su sistema capitalista. Desde la izquierda, en mi opinión, no se puede agitar acríticamente la misma bandera.
¿Sabemos realmente de qué estamos hablando? Puedo asegurar que la pequeña empresa, que es donde yo he pasado 45 años laborales, es un “infierno” (a lo largo de mi vida lo he cotejado con muchas personas de otras pequeñas empresas). Si en algún lado existe el mercado puro y duro, es ahí. “Es la guerra” que dirían los Marx. El patrón está (o se hace el) económicamente agobiado y agobia, la clientela aprieta cada vez con mayores exigencias, la mínima plantilla (es corriente que uno haga lo de dos) está sobreexplotada: trabajo intenso, horarios excesivos; coger la baja, vacaciones, permisos familiares, etc., es un problema o más que un problema (“ahí está la puerta”). Sueldos bajos, malas condiciones laborales, sin medidas de seguridad… Encima el empresario suele ser, aparte de “un trabajador más” como el mismo dice, un prepotente “héroe” que se lo cree, más ahora que está tan prestigiado “porque da trabajo” y es “arriesgado y competitivo”. Y contentos si, dentro de lo que cabe, “lleva la empresa bien”. Porque hay contabilidades en B, se mete la mano en la caja, créditos Lessing para usos personales, fraude fiscal, deudas con al S.S., ¡Ah! Y la organización sindical brilla por su ausencia (a ver quién se atreve). No sigo, que la lista de “virtudes” de la empresa txiki es larga. Del autónomo sin asalariados, lo mejor que se puede decir de él es que sólo se explota a sí mismo. Habrá honrosas excepciones, no lo niego.
Tengo serias dudas de que sea viable la pequeña empresa con buenas condiciones laborales, pago de impuestos, respeto medioambiental, y todas esas cosas que defendemos (o tendríamos que defender) desde la izquierda y desde los sindicatos. El que pone un pequeño negocio lo pone también para ganar dinero y subir en la escala social, y si contrata asalariados, aunque sea un don nadie, se siente del mundo empresarial y quiere sus ventajas: “flexibilidades”, “facilidades para el despido” y otras arbitrariedades, y cuando no menosprecios, para con “sus” trabajadores. No le veo yo a este especímen muy de aliarse con la clase trabajadora, sus movilizaciones y huelgas sindicales.
Sin idealizar nada, entiendo que hay que ir al grano y defender empresas de mayor tamaño y mejores condiciones. Impulsando que sean cooperativas, sociedades laborales, mixtas cogestionadas, públicas, semipúblicas u otras por el estilo con verdadera responsabilidad social. La lucha y el emprendizaje de izquierdas tendría que orientarse por ahí. Por supuesto que siempre habrá un espacio para otras más pequeñas por el tipo de servicio que den y el deseo de parte de la gente de trabajar así, pero no tendrá que ser precisamente éste el área más importante ni el más determinante.
Ya sé que estamos del mismo lado. Un cordial saludo.

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B 24 de enero de 2013 at 00:59

Fraude? El porqué de la Gran Recesión Mundial.
http://www.youtube.com/watch?v=NuNeIyuObc8&feature=player_embedded

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Conchita Lloria 24 de enero de 2013 at 09:31

El pequeño comercio, la hostelería lo primero que tiene que hacer es formarse en atención al cliente.
Y lo segundo es que nos expliquen cómo es posible que el día anterior a la entrada del euro un café costaba ochenta pesetas, y al día siguiente de la entrada en el euro, pasaron a cobrar un euro, es decir más de 165 pesetas, por el mismo producto, no se lo habían subido todavía, no habían empleando a más trabajadores, etc.
A los trabajadores no nos subieron el sueldo por entrar en el euro, a los pensionistas tampoco ¿entonces de donde vino semejante devaluación de nuestro poder adquisitivo?
Si antes entraban veinte personas al día, ahora entran diez les cobramos más caro, y ganamos lo mismo, y así se puede ampliar el mercado y abrir nuevas pequeñas empresas.
La mayoría de la gente lo va a pagar, y encima encantados de poder ir a sitios nuevos. La pigeria de nuestra sociedad.
Pues como fue una medida injusta, eso siempre pasa factura. Y ahora cierran. Pues claro. Todos sabemos decidir sobre lo que podemos prescindir, y de igual forma que abrimos la mano, para que nuestros hijos viviesen felices, ahora cerramos la mano, y todos esos locales ya no son rentables.
Y lo mismo sucede con los comercios de textil y de diferentes sectores comerciales.
Y sobre la atención al cliente, no admito que vaya a comprar o a tomar café, y un empleado o el dueño, me arruinen el día. Si no saben tratar a la gente que cierren, pues vivien del gasto de los ciudadanos.

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guss 24 de enero de 2013 at 10:27

Muy necesario volver a insistir sobre la base del funcionamiento, y el desarrollo de la economía interna.
Como bien dices desde hace años se viene estrangulando a la economía, las pymes, los salarios, y los derechos.
El final hacia el que vamos es el terror, y la miseria.
Es quizá que algunos Bielderberg vienen buscando desde largo el desastre, los desórdenes, o una guerra interna ?
Lo cierto es que a poca imaginación que le pongas, el futuro siempre incierto; se vislumbra ahora: TERRORÍFICO.

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PEDRO JOSE BLANCO SERRANO 24 de enero de 2013 at 10:56

Cosechazamos lo que hemos sembrado: conformismo, clientelismo; nos falta postura crítica ante la sociedad que nos rodea, sus individuos, sus sistemas, sus gobernantes. No sólo tenemos que estar «religados», sino comprometidos, exigentes y reformantes.Lo que nos parezca mal no sólo debemos criticarlo, sino oponernos y combatirlo hasta erradicarlo, propiciando la implantación de alternativas (otra cosa). Y descubrir donde está nuestra fortaleza: en lo gregario, en sumarnos, en vibrar colectivalente en tesis que tenemos que convertirlas en mayoritarias.
Sobre las infraestructuras de nuestra economía: las pymes, forman parte de la masa, los de carne de cañón; soportarán todo lo que los del sistema quieran imponer. A «ellos» sólo les interesa las grandes, las de grandes flujos de dinero, que procurarán primero privatizarlas, y después que nadie pueda controlarlas. Sus beneficios ya no sólo no aportan a los Presupuestos del Estado vía impuestos, sino que los desvio a paraisos fiscales que ellos mismos han creado para lo mismo. Nos abocan de nuevo a la lucha de clase, pero nuestra posición ha sido debilitada, diezmada y desunida. Pasarán muchos años para que reconquistemos posiciones en nuestros intereses. Es el futuro que nos imponen, y del que todos somos corresponsables de alguna manera. La pelota está en nuestro tejado.

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Julia Sánchez 24 de enero de 2013 at 12:51

Desde una pequeñas empresa, te doy las gracias por el artículo de hoy. No sé cuanto más durará porque estamos pensando en cerrar; la crisis se está cebando con nosotros especialmente este año que la cosecha es más que escasa.
Un saludo desde Jaén.

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Ricardo Celorrio de Pablo 24 de enero de 2013 at 16:27

El truco del almendruco;
Como aficionado a la magia y a la economía veo perfectamente el truco que se esconde detrás de la crisis o estafa que estamos padeciendo, sin embargo no observo que ese truco esté siendo desvelado con suficiente énfasis, les animo a que insistan en desvelarlo, porque de otra manera no se salva ni la pequeña y mediana empresa, ni la economía familiar ni la Dignidad Humana.
INGREDIENTES NECESARIOS
1) Una maquinita de hacer dinero, ya sea en moneda, en deuda, en dinero bancario (por cada euro en depósito el banco puede prestar 9) o en cualquiera de sus formas
2) Un control sobre la velocidad a la que se hace dinero
3) Una ley que exija devolver las deudas de modo que si no se devuelven en dinero se deben devolver en forma de bienes y servicios o tiempo a disposición del acreedor.
4) Una ley que prohíba la construcción de más maquinitas de hacer dinero
ESCENIFICACIÓN DEL TRUCO
1) Se activa la maquinita de hacer dinero y se facilita dinero a mansalva a la población, a las empresas y a las administraciones a condición de que lo devuelvan en efectivo a plazos con sus correspondientes intereses
2) Se desactiva la maquinita de hacer dinero
3) Se exije la devolución de la deuda contraída en el paso 1)
4) Al haberse desactivado la maquina de hacer dinero es imposible devolverlo, con lo que se procede a cobrarse en especie (bienes, tiempo de cada deudos a disposición del acreedor y eliminación de servios)
5) Ante el enfado generalizado se busca un cabeza de turco o varios, vale casi cualquier cosa pues nadie se ha percatado de los pasos 1) y 2), sirven funcionarios, paraos, amas de casa, inmigrantes, comunidades autónomas, la iglesia o el sursum corda.
6) Ante el desplome económico, los 4 magos que sí tiene dinero proceden a comprar a precio de saldo todos los les que les parezca, no tienen que darse prisa pues mientras no activen la maquinita los precios seguirán bajando
7) Cuando el enfado generalizado puede volverse contra los magos, se activa la maquinita y se dice la mejora de la situación es debida a los sacrificios realizados en el paso 4). (Este paso puede no se necesario pues hay muchas cabezas de turco que hacen invisibles a los magos)
EFECTO DEL TRUCO
Los magos se lucran sin conocimiento y la población descarga adrenalina dándose de tortas sin saber porqué. Gran parte del público aplaude a los magos con fruición.

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Antonio Gonzalez 24 de enero de 2013 at 17:11

Siempre he pensado que es algo fundamental y que por
sus caracteristicas son locales y sus ganancias se quedan
a ese nivel.
Pero tienen un gran enemigo, las grandes empresas y
la gente del gobierno que generalmente son testaferros
de aquellas digan lo que digan.

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Manuel Morillo 24 de enero de 2013 at 18:08

El mayor problema del pais es que ha sido la propia administración quién se ha cargado a muchas de las pequeñas y medianas empresas, no abonando las deudas contraidas con ellas, o haciéndolo demasiado tarde.

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Antonio Madariaga 24 de enero de 2013 at 22:37

Hola Juan:
Buen artículo. Creo que ya es tarde, dado el tejido industrial que se ha perdido, para salvar a las PYMES.
Creo que hay que plantear la cuestión en «más estado y menos mercado». Puesto que los efectos colaterales de la globalización afecta de manera mortal a la PYMES.
Si el decrecimiento no supone empobrecimiento, habrá que poner en marcha las empresas sociales, para trabajar digo, puesto que para competir ya están las del IBEX y multinacionales afines.
Saludos cordiales y gracias

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Alfonso 25 de enero de 2013 at 01:19

Juan dicho de esa manera, es muy cierto, pero…como bien dices, no es lo mismo un empresario, que instituciones políticas u organizaciones patronales.
Es verdad que sostienen el tejido empresarial, soportando la presión de las grandes empresas, y monopolios que siguen existiendo aunque no se quiera ver.
las pymes, desgraciadamente muchas de ellas copiaron el modelo de las grandes, y se acercaron demasiado al paraguas del poder político, corrompiendo el sistema empresarial engordando los precios y no dando de alta en la S.S. o no pagando los salarios establecidos en convenio haciendo una cadena, que cada eslabón arrastra al otro, y tienen que ir siempre juntos.
La emigración indiscriminada, es otro de los graves problemas que tenemos latente ahora, y ahora nadie es culpable.
Las empresas públicas llenas de estómagos agradecidos y familiares, con sueldos altísimos y engordando los gastos para redirigirlos a los políticos, deben de desaparecer, ya que estas han sido el cáncer de muchos funcionarios, que han visto con buenos ojos que les quiten trabajo para dárselos a otros mejor pagados,
Los sindicatos, mejor me callaría, pero que creo que es hora de decir ciertas cosas y que cada palo aguante su vela, los sindicatos mayoritarios, se arrimaron demasiado al poder político y empresarial, tanto que se han convertido en empresa de servicios, (seguros, viviendas, viajes, etc..) firmando todo lo que les han puesto por delante, sin mirar al trabajador. (Estatuto del trabajador). En época de vacas gordas, recortaban los convenios, para mantener el empleo, ¿cuantos convenios desde hace 20 años se han ido firmando a la baja?, el trabajador por unas migajas que dan las horas extras, han tirado cada uno por donde ha podido.
Ha faltado por todas parte formación, solidaridad y educación, se ha potenciado y subido, al estómago agradecido, al mas sirviente, creando un enfrentamiento entre toda la sociedad, al sinvergüenza que todo vale con tal de conseguir lo que quiero.
No es tan fácil, pero nadie va a la cárcel, y ahora se modifica, la ley para que delincuentes sigan trabajando y los saquen de la cárcel, contra esto es con lo que tenemos que luchar

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JM 25 de enero de 2013 at 01:40

Y lo primero es que aparte de voceros y anormales… se de información completa… sea más o menos ajustada a la realidad… pero interpretable y no sesgada… porque no sólo nos hablan como a subnormales (muchos no dan más de sí), sino que nos ocultan la realidad… solo vemos retazos manipulados… y así continúa su juego… forzando el tumás, impidiendo el análisis objetivo…cualquiera con experiencia laboral deduce donde es necesario hacer ajustes… para debatir claro, y se indigna del mantra del PIB como ente superior y mágico …. anormales o hdp… o mezcla… no nos cuentan lo que no quieren que veamos:
Copio una entrada dejada en el blog de AGarzón:
documento oficial de la UE con el análisis de la economía de españa… Fuente: Eurostat.
http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/nd/idr2012_spain_es.pdf
y aquí las previsiones oficiales europa 2020…. (he puesto espacios para no atascar el comentario.)
http: // epp.eurostat.ec.europa.eu/ portal/ page/portal/europe_2020_indicators/headline_indicators
Salud, paciencia y manda ….. que la info completa no nos la cuenten… mejor aún no la distribuyan para que cada uno la interprete y haga preguntas…. transparencia se llama, creo ;-)
Un abrazo!
(en la web hay multitud de análisis, se pueden hacer comparativas y bajar los datos en diferentes formatos )… aunque si los targets en el general son tan poco ambiciosos y para el 2020 como parece junto a que los datos de partida son 2005-2011… algo raro (por ser educado) nos espera… vamos que no tienen ni idea, porque poner los sellos de calidad en el análisis sin los escenarios intermedios… (igual me equivoco, sólo lo he mirado por encima!!! …. en cuanto tenga un rato lo miro con calma… que bocazas soy un rato… así que me disculpo por adelantado esperando haberla cagado del todo ;-) )
Saud, acracia, paciencia infinita o barbarie me temo… porque con la última de urdangarín… firmar los mails “El duque em…pal…mao” dirigiéndose al secretario de la infantas para montar las fundaciones… la marca España es como una peli de Ozores y Pajares en los mejores momentos de la caspa… Fuente: El diario . es
Saludos cordiales

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JM 25 de enero de 2013 at 02:20

Utopía insomne, aclaro:
No se cómo lo veréis, sobre todo tú Juan y habituales compañeros de divulgación, pero podría ser interesante hacer un ejercicio de pasos viables según la información oficial… a ver como lo tiran… por supuesto puramente económico y escrupulosamente ajeno a ideologías… me da que el tiempo está maduro para ello… y que igual nos toman en serio como ciudadanos… fuera del cortijo, claro… una especie de neosentidocomún… válida en más de un «país soberano» jojojo
Salud!
P.D. Por supuesto NO ESPERO CONTESTACION! menudo morro por mi parte!!!!

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JM 25 de enero de 2013 at 02:24

En plan proyecto GNU, liderado por alguien con prestigio… fijo que coalborarían economistas de muchas nacionalidades…
Dejo de soñar ;-)

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Arturo Ferrín 25 de enero de 2013 at 08:59

Una de las mayores calamidades que ha ocasionado la propaganda neoliberal ha sido conseguir eliminar, tanto de los estudios académicos como del propio sentido común de la gente, algunas ideas que nadie se habría atrevido a poner en cuestión hace cincuenta años.
Me refiero a la que yo considero que señala la necesidad de una “Planificación indicativa” en el último párrafo del presente artículo:
“Solo si superamos esta limitación y diseñamos un proyecto social, económico y político que ponga en primer plano los intereses reales de la inmensa mayoría de la sociedad y no solo los de quienes están en la cima podremos alumbrar un camino menos frustrante y más enriquecedor para todos.”
Y es que suena a paradójico “dejá vu” que vuelvan a tener total sentido aquellas palabras iniciales del viejo maestro:
“Las ideas que aquí han sido desarrolladas de una manera tan laboriosa son extraordinariamente sencillas y deberían ser obvias. La dificultad reside no en comprender las nuevas ideas, sino en rehuir las viejas, que penetran hasta el último rincón del cerebro de aquellos que, como la mayoría de nosotros, han sido educados en ellas.
O, por qué no, las últimas:
“Creo, por tanto, que una socialización en cierto modo global de la inversión resultará ser el único medio de garantizar un elevado nivel de empleo; esto, sin embargo, no excluye forzosamente cualquier tipo de compromiso y de acuerdo por el cual las autoridades cooperen con la iniciativa privada. Pero, aparte de este caso, no se aboga de manera obvia por un sistema de socialismo de estado que abarque la mayor parte de la vida económica de la comunidad. Para el estado lo más importante no es asumir la propiedad de los medios de producción…Además, las medidas indispensables de socialización pueden ser introducidas gradualmente sin necesidad de romper con las tradiciones de la sociedad.” (John Maynard Keynes, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero.)

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Conchita Lloria 25 de enero de 2013 at 15:47

Ricardo, muy acertada la forma de explicarlo, pero esto lo dice Marx en los ciclos de las crisis, esto lo saben todos, los que tienen dinero son los que pueden aguantar, y los que no lo tienen, y no tienen tampoco trabajo, son los que tienen que vender. Esa es la estrategia. Nada nuevo. Lo que no entiendo es que se necesite a tanto sesudo estudiar, para que no se evite. Esto lo sabamos en el hogar. Un pillo dentro de la familia, aprovechandose del trabajo de todos, arruinan a la familia. UNa de dos, o chan al pillo, y todo se normaliza, o todos se hacen pillos, o todos a la ruina y el pillo inicial se va a otra casa a seguir haciendo el mismo ciclo, Y no lo necesitamos estudiar en la universidad.

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Cristina 25 de enero de 2013 at 17:02

Los saludo desde mis vacaciones de verano argentino conectada a internet de vez en cuando. Estoy totalmente de acuerdo con Juan Torres. Este acuerdo no lo puedo fundamentar como él con argumentos económicos académicos. Por eso sólo les digo desde la amarga experiencia, en el medio de aquel desastre argentino, que la desesperación, la necesidad,el instinto de supervivencia o qué se yo, impulsó a muchísimos a unirse en emprendimientos, recuperar las fábricas que los propietarios vaciaban, tomar lugares vacíos que la especulación abandonaba, y funcionó. No fue estimulado ni por gobernantes (al contrario) ni por partidos políticos. Simplemente la gente lo hizo. Esto comenzó alrededor del 2001 y hoy con un gobierno que sí las estimula (eso hay que reconocerlo) la Argentina tiene 14.500 pymes que exportan sus productos.
En este momento de la crisis española no me parece oportuno discutir si es o no capitalismo. Lo único cierto es que la economía no se puede detener. Su parálisis ustedes aun no la conocen. En enero de 2001 en la inmensa ciudad de Buenos Aires sólo se vendió un departamento. La única operación inmobiliaria en mes y medio.
Juan Torres suele decir cosas imprescindibles y esta es una.

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Dolores 26 de enero de 2013 at 19:38

Pues que los pequeños y medianos empresarios sigan votando mayoritariamente a la derecha y creyendo que los trabajadores tienen «demasiados derechos» o que hay «demasiados funcionarios». A ver quien es el que va a entrar en la tienda. ¿Botín?

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Ivan 27 de enero de 2013 at 16:29

Vaya por delante mi felicitación a Juan por sus valiosas aportaciones pero me resulta muy difícil aceptar que las políticas de austeridad sean fruto del error y no de una concienzuda planificación de las grandes corporaciones y la banca, con la complicidad y colaboración del PPSOE (y resto de partidos burgueses), que, aun representando sólo al 1% de la población, controlan el poder político y económico por el hecho de ser los dueños de los grandes medios de comunicación y, por tanto, del imaginario colectivo que determina la conducta de los electores y consumidores en sociedades basadas en técnicas de persuasión.
Acostumbrados a vivir bajo modelos de oligopolio, parece que nos hemos olvidado de la competitividad entre los productores como fenómeno real, que podría estar en el origen y evolución de la presente crisis/estafa. Yo no creo que las grandes empresas europeas y españolas estén desentendidas del mercado interior sino todo lo contrario: están utilizando la presente crisis y las políticas de austeridad para cambiar el modelo económico español a través del desmantelamiento de la pequeña y mediana empresa, menos competitiva y que todavía representan una importante cuota de mercado para aquellas. De este modo, implantando el modelo de grandes corporaciones que son capaces de aprovechar todas las ventajas diferenciales del mercado global (bajos costes salariales y materias primas baratas del tercer mundo, economías de escala, paraisos fiscales, fácil acceso a los opulentos mercados del primer mundo), no solamente ganan ellos sino también las políticas neoliberales que defiendo el PPSOE y que pueden hacer de España el mercado competitivo que se pretende, importando muy poco el coste social que ello pueda representar.
Veamos un claro ejemplo: Inditex. Hoy es una gran empresa que sufre la crisis de demanda que padece el mercado español pero que puede compensarlo ampliamente al operar en el mercado mundial. Mañana, cuando el pequeño comercio de ropa y la pequeña y mediana empresa que les provee de insumos se vean obligados a cerrar por las políticas de austeridad, será ella junto a otras pocas grandes corporaciones del sector quienes se repartan todo el mercado. Pero este modelo no habría alcanzado el éxito que está cosechando sin la colaboración de la banca, que es quien provocó la crisis/estafa, quien ha cerrado el grifo a la pequeña y mediana empresa y quien está proporcionando la coartada a los gobernantes en sus políticas de recortes. Entre las grandes corporaciones de la economía real y las grandes corporaciones bancarias y de la economía financiera debía existir alguna forma de simbiosis para que el modelo alcance el consenso necesario y los abusos que unos estén cometiendo puedan ser compensados por los abusos de los otros.

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